No es lo que esperaba (lo que esperamos solo está en nuestra cabeza, no podemos culpar a nadie de lo que esperamos o dejamos de esperar), pero aún con todo, es la mejor película española del 2018, a años luz de la mediocridad imperante. Estuve pegado a la pantalla de principio a fin.
CARLOS VERMUT es un director que es oro líquido.
Esta película tiene dos partes; la historia de Violeta y su hija, que es dinamita pura, una trama francamente turbadora, sobrecogedora, y la historia de Lila y violeta que es floja, light, desperdicio absoluto (sin juego de maltrato y dependencia emocional, sin pesadilla de suplantación, sin juego de espejos de siamesas, sin el enigma que debe encerrar toda amnesia).
Esta segunda historia, que debería ser la principal y se convierte en secundaria, además viene torpemente coronada con una confesioncita excesivamente explicativa, a lo BLANCAPORTILLO en EL CHICOTE de LOS ABRAZOS ROTOS. Una pena.
Además, VERMUT ha elegido de músico al compositor de las película de ALMODÓVAR (que a su vez este ya le robó a MEDEM), lo cual es un grave error, pues VERMUT debería haber encontrado a su propio compositor, como hizo LYNCH con BADALAMENTI. O no poner música.
NAWJA NIMRI no brilla lo esperado, sí brilla la mirada de EVA LLORACH, no así su manera de “decir” el texto… Sorprende para bien NATALIA DE MOLINA, actriz que siempre me ha parecido muy sosa y que aquí está estupenda, aunque su papel lo debería haber interpretado ROSALÍA…
Pero en realidad todo ello importa poco, pasamos por alto las imperfecciones pues la absorbente atmósfera creada por VERMUT puede con todo y convierte a QUIÉN TE CANTARÁ en una joya única.
No del todo bien tallada, pero única, que es mucho decir.