Basada al parecer en hechos reales, la cinta se suma a la ya larga lista de Schindlers que abordan la actuación de los judíos durante la II Guerra mundial, en este caso en los bosques bielorrusos.
Lo mejor el enfrentamiento entre los hermanos Bielsky, especialmente el de Zus (Schreiber) y Tuvia (Craig). Venganza o supervivencia.
Como un nuevo Moisés, Tuvia quiere llevar a una amplia comunidad de judíos huidos de los guetos y de la muerte a la Tierra prometida que es mantenerse vivos, "Nuestra venganza es vivir", "Cada día de libertad es un acto de fe", "No podemos perder a nadie". Zus, sin embargo, es partidario de la lucha armada, "Un judío no puede beber ni tampoco luchar, solo sirve para morir".
Correctas interpretaciones, buena fotografía y bellos paisajes, pero superficial aproximación a los personajes que resultan demasiado estereotipados.
Cine bélico un tanto edulcorado, dulzón. Mucho romance para una situación tan crítica.
Pasable, aunque no compartimos las críticas que confunden judaísmo con sionismo.