Un año después de "Los odiosos ocho" tarantinescos en España tratamos de emularlos con esta "parada" infernal de tarados mentales.
Otra vez una solitaria posta de diligencias es el lugar elegido para desarrollar la historia, que no recuerda para la nada la de John Ford ni aun la de Quentin.
Tres odiosos. Un violento Coronel, un negro sádico y un cabestro salido. O sea, sangre, vísceras, amputaciones, violaciones, alguna meada y un amago de crucifixión. Puro gore gratuito.
¿Guion, realización? Nada de nada.
Alguna frase suelta, "¿Mestizos, negros, italianos ... pero esto qué es?" Y los paisajes de la sierra madrileña. Poca cosa.
Huir.