"Where Here" es el nombre que tiene la goleta bacaladera de Gloucester adonde arriba Harvey Cheyne (Bartholomew), "el repelente niño Vicente" malcriado por un padre, Frank Burton (Douglas), cuyos negocios impiden educarlo convenientemente.
Expulsado temporalmente del colegio, enfrentado a sus compañeros, egoísta y embustero, marcha con su padre a Europa cuando cae accidentalmente al mar. De allí lo recoge un marinero portugués, Manuel (Tracy), amable y bienhumorado, que decide corregir al mozuelo durante los tres meses que dura la singladura pesquera.
El resto lo hace la vida marinera donde hay unas normas que se cumplen siempre. Sin contemplaciones, todos iguales.
Con un sopapo a tiempo del capitán Disko (Barrymore) se le bajan pronto los humos al gallito. Donde hay patrón no manda marinero. Los buenos oficios de Manuel, "el Ángel de los marineros", el ejemplo y la solidaridad de toda la tripulación transformarán pronto el carácter de Harvey.
Cinta maravillosa que nos traslada a la infancia en un ámbito rural que solo conocía el mar por las lecturas y el cine. Nuestro primer contacto marinero tuvo lugar el día de la primera comunión. El segundo, en un baño playero que aprovechamos para darnos un buen trago de agua para comprobar su salinidad.
Basado en un relato de Kipling, el guion muestra perfectamente el valor de la pedagogía marinera. Esos núcleos aislados que son los barcos en alta mar donde lo individual debe subordinarse al grupo para sobrevivir y para conseguir el objetivo común.
Película de aventuras, sí, pero también intimista, tierna, educativa. La realización nos traslada a través de un trimestre en la vida de un niño mimado a conocer también un barco de pesca por dentro. Con ritmo sostenido, captando en todo momento la atención de espectador, desplegando un maravilloso análisis de todos los personajes.
Superiores la interpretaciones, sobre todo de Tracy y del niño, pero sin desmerecer el resto.
Curiosamente es todavía de esas películas cuyos créditos muestran al principio al director para seguir luego con la producción, actores, etc.
Tal vez lo único que desmerezca un poco es la frivolidad del capitán con su carrera de goletas que tan cara resultó al final. No parece propio en un hombre de su seriedad, siempre riguroso con la seguridad y el orden a bordo.
Resulta muy significativo el nombre de la goleta a la que añadimos nosotros los signos de interrogación y exclamación: "Where? Here!" ¿Dónde? ¡Aquí! ¿Acaso el niño no está buscando sin saberlo un lugar o algo que no halla en su vida y que definitivamente encontrará en la goleta, en el mar?
Una obra maestra, formativa, recomendable a niños y a mayores.