Después de veinte años en la cárcel sale el viejo Travers (Induni) de la prisión del Condado. Fuera lo está esperando la flor y nata del pistolerismo que acude olfateando los 28 sacos de oro que en su día sustrajo a la Compañía Minera. Ya se sabe lo que le pasa al que roba a un ladrón ... Por eso el astuto anciano no muestra el menor interés en salir, "No quiero la libertad, yo estoy aquí muy bien".
Dos de ellos toman la delantera, el taciturno Trass Benson (Steffen) y el parlanchín Paco (Martín). Poco a poco se van quitando de en medio a los demás hasta llegar al pueblo de San Fermín, donde veneran al santo del mismo nombre. Allí manda otro Fermín, Rojas (Sancho), un cacique que aterroriza a los vecinos que visten totalmente de blanco, alguno con su faja colorada. Casi como si fuera el 7 de julio.
Y eso es todo. Varias cabalgadas por los montes de Huesca, el carromato de las Molly's girls ballet; argumento, guion y dirección para pegarse un tiro; melenas, patillas, bigotes muy de los 70; interpretaciones ramplonas y un franciscano que atiende por Fr. Javier (Re) para terminar de ambientar la cosa.
Mala película. Recomendable a pamplonicas "desesperaos".