Ni más ni menos. Es lo que contesta el ex coronel sureño James Langdon (Hudson), recién acabada la guerra de Secesión y arruinado, a la oferta que le hacen dos sinvergüenzas de 60 centavos por cada uno de los 1.600 acres de su propiedad, plantaciones y casa incluida. Prefiere pegarle fuego y marcharse con la música a otra parte.
Es lo que hace cruzando luego la frontera de río Grande y marchando con su familia y sus adeptos a Méjico para unirse a las tropas del emperador Maximiliano. La casualidad hace que el mismo camino lleve otro ex coronel, el yanqui John Henry Thomas (Wayne), con el que vencidas reticencias iniciales hará pronto buenas migas. Marcha John Henry con un grupo de sus antiguos soldados y tres mil caballos salvajes que han capturado (muchos animales parecen para la poca gente que va, pero en fin ...) A 35 dólares por cabeza todo un capitalito.
El resto son cabalgadas, fiestas que acaban en peleas sobreactuadas, ataques de bandidos y los enredos amorosos de rigor. Poca cosa nos parece y mal contada, pues la esencia de la trama no hay por donde cogerla (confederados en Méjico así por las buenas, pasar la frontera con semejante caballada sin mayores problemas, engaños juaristas infantiles ...) Tampoco el final nos parece muy logrado.
En lo positivo la música, las escenas de la conducción de la manada y la buena actuación de Wayne y de Hudson. También de algunos secundarios notables, como el cocinero McCartney, hombre de mal genio cuya comida critican todos pero que reserva todo su cariño hacia su gato, "Se limpia las uñas y esconde lo que huele mal. Más que muchas personas".
De todas formas hay que agradecerle a la cinta que, contra lo que es la costumbre, no se ensañe con las tropas del emperador Maximiliano que, aunque escasamente valerosas, al menos no visten como ridículos soldaditos de plomo. Los juaristas esta vez fusilan sin contemplaciones lo que se les ponga por delante incluso, si se descuidan, a los mismísimos norteamericanos.
En cualquier caso, para nosotros una película que no pasa de regular.