Viendo la cinta me he acordado del famoso anuncio del muñequito de Elvis sobre el salpicadero de un destartalado coche, bailando al ritmo del rock del casete y de los baches de la carretera. Tanto éxito tuvo aquel anuncio de coches que inmediatamente se vendieron millares de muñecos idénticos colgando del hilo elástico.
Y esta es un poco la imagen que la película nos transmite del Rey del rock. Un artista genial que va a provocar una auténtica revolución entre la juventud usando la música como herramienta. Pero también un hombre atado por un delgado muelle al techo del automóvil que lo zarandea de un lado a otro a merced de curvas, peraltes, baches, acelerones o frenazos de la carretera o de la conducción.
Y ese alambre que lo mantiene atado no es otro que su mánager, el inquietante coronel Tom Parker, un astuto negociante que ha visto en el mundo del espectáculo lo fácil que es desplumar incautos.
Y descubre y lanza a la fama con un éxito sin precedentes al joven Elvis Presley, cuya historia nos cuenta la película.
Un maravilloso espectáculo de luz, color y música. Desde los dorados inicios de los casinos de Las Vegas a la sordidez de la casa de los Presley en Memphis. Una familia blanca en un barrio negro.
Lujosísima ambientación de vestuario, vehículos, salas de fiestas, conciertos, público, selección de la banda sonora ... Todo un lujo.
Gran acierto en uno de los asuntos más delicados: la elección del protagonista de Elvis. Magistral interpretación de Butler sobre todo encima de los escenarios. Tal vez no lo haya sido tanto la de Hanks como antagonista. Lo exagerado de su caracterización nos deja la imagen de un malo de tebeo, el ogro de un cuento infantil, demasiada caricatura para ser cierto. Tal vez no haya sido una elección muy acertada.
Y este es precisamente uno de los fallos de la cinta, el regusto de cómic que deja en el espectador. Como si sus personajes hubieran salido de las viñetas de una historieta de tebeo. No lo terminamos de creer.
En cualquier caso ello no impide que nos encontremos ante una buena película. Un musical sobre uno de los grandes del rock, con sus luces y con sus sombras. Un hombre de gran influencia en los cambios sociológicos de su generación, que también tuvo limitada su propia libertad.
Algo así como el famoso muñequito Elvis que colgaba de nuestros coches.
Cinta muy recomendable.