Al principio creímos que la cosa iba de "Seven": habitación número siete, como siete son los bandidos muertos del primer envite y siete es la cifra que sale una y otra vez en los dados trucados.
Y en medio de tanto siete, Sabata (Cleef), con la presencia y la prestancia del personaje de Leone. Silencio. Las miradas hablan por sí solas. Para decir bobadas ya tiene al lado a Jesús Carrincha de Todos los Santos (Spalla), que se hace acompañar por Alley Cat (Canti), un acróbata que no dispara una sílaba en toda la cinta.
El resto, los encopetados señorones del pueblo. Y un montón de pistolerillos que van y vienen sin que el guion nos explique qué pintan allí: Bangio (Berger) y la señorita, el cura, un mexicano, hasta una patrulla de la Caballería.
Western al estilo leoniano, serio, con empaque, pero con un guion deficiente que mete muchos personajes y mucha acción pero de forma embarullada, desordenada, que dificulta el seguimiento de la trama.
En consecuencia, los personajes apenas quedan bosquejados y las interpretaciones no pasan de corrientes, excepción hecha del Cleff.
Banda sonora con un pegadizo tema central que da nombre al título original: "Eh, amigo, es Sábata. Hay solo uno".
Muchos tiros y pocas frases. Nada de oro, solo salen fajos y fajos de billetes que vuelan. Tampoco vemos mucha sangre para tanto tiro.
Western pasable que gustará a los aficionados a la variante mediterránea.