De armas tomar y de armas admirar es el pequeño Bart (Dall).
En la escuela ya le requisan una, "Es mi pistola comprada con mi dinero". Ni corto ni perezoso roba otra en una armería. "Me encuentro bien cuando disparo. Me siento algo", se justifica ante el juez.
Un arranque interesante que puede ofrecer luz sobre la importancia y el atractivo de las armas para la sociedad americana.
Pero aquí se queda la cosa porque hace su presentación la bella Annie (Cummins), tiradora al blanco en una atracción de feria.
Enamoramiento rápido de Bart. Demasiado rápido, "Solo algunos hombres saben de qué van las mujeres, los otros son tontos. Y tú eres de estos últimos".
Se acaba el dinero y hay que buscar trabajo. Pero a Annie le gusta la vida fácil, y con sus "Armas de mujer" convence a Bart para iniciar juntos un "Camino de perdición" de robos y atracos: "Bonnie & Clyde".
De feria en feria, porque en otra empezarán a verse acorralados hasta el definitivo "Adiós a las armas".
Una buena película de genuino cine negro, bellamente fotografiada, repleta de ritmo con persecuciones continuas, carreras de coches, asaltos, disparos, controles policiales ... Adrenalina pura.
Vibrantes escenas como la persecución entre las enormes canales de ganado vacuno en el matadero donde dan el golpe.
Excelentes diálogos que muestran la personalidad de esta pareja de ladrones o de la hermana y los buenos amigos de Bart. Algunas perlas como la de una especie de Señorita Rotenmeyer a Annie: "¿Puede decirme porqué lleva pantalones? Mañana la quiero con faldas".
Una pena no aprovechar bien el planteamiento inicial sobre el atractivo de las armas entre los jóvenes y su posible influencia en la delincuencia.
De todas formas una buena cinta que no debe perderse ningún aficionado al cine negro.