Estamos en 1884 en el NO de Canadá a punto de levantarse el pueblo métis o mestizo en defensa de sus derechos frente a la Corona británica que defiende un exiguo contingente de 500 miembros de la Policía montada. Al frente de los insurrectos Louis Riel (McDonald), un maestro rural que cuenta con el apoyo de varios miles de colonos y de los indígenas.
La rebelión de Saskatchewan (1885) está servida.
Este es el entorno histórico en el que se mueve un guion un tanto irregular y confuso. Las acciones de guerra (flojas) se mezclan con dos tramas sentimentales mucho más interesantes, pues muestran personalidades recias bien trazadas. Lo mejor de la cinta.
De una parte el amor sincero que siente el soldado Ronnie Logan (Preston) por la mestiza Louvette Corbeau (Goddard), hija del traidor Jacques (Bancroff) cuya causa apoya. De otra la que tiene a la bella enfermera April (Carroll), hermana de Ronnie y encargada del hospital de la Misión que dirige el Dr. Roberts, pretendida con relativo éxito por el pundonoroso sargento Jim Brett (Foster) y por Dusty Rivers (Cooper), un marshall texano recién llegado en busca del malvado Corbeau.
Bien planteado el contraste entre la libertad e independencia de Dusty con el rigor ordenancista de los policías canadienses. Por momentos parece "Un yanqui en la corte del Rey Arturo" (Twain).
Buenos personajes con entrañables secundarios que se encargan de los toques cómicos.
Cinta de acción continua pero con altibajos en el ritmo y con fases un tanto aburridas o ñoñas. Bonito el color y pésimo el doblaje al español.
Cuando muere el jefe del acuartelamiento nos enteramos que por entonces estuvo a punto de cambiar el célebre color de las casacas de esta Policía montada, "En el Cuartel general quieren cambiar a guerreras verdes, defienda las rojas, es color de vida".
Muy bien resueltos los desenlaces sentimentales que dejamos en spoiler. A lo Bogart.
Una buena película de aventuras y de amores.