... Pero solitario.
Drama juvenil que aborda la soledad del niño bien americano que asiste a buenos colegios, que tiene su coche o su moto, pero que carece de lo que más importante: el amor y la comprensión de la familia.
Las primeras escenas en la comisaría son decisivas para entender la trama. Tres jóvenes arrestados: Jim (Dean) borracho, Judy (Wood) se ha ido de casa y Platón (Mineo) inexplicablemente acaba de matar dos cachorros de perro. A Jim lo recogen los padres (él un calzonazos) y la abuela, a Judy la madre (el padre es un auténtico gilipollas) y a Platón una vieja criada negra (su único contacto con los padres es el talón bancario mensual).
Ahí es donde meten el bisturí los realizadores, en la acomodada sociedad bien de la América de los 50. Como décadas después lo hará "Grease" con ese otro estrato social que asiste a colegios públicos.
Magnífico guion y magnífica realización que muestra la soledad y el desencanto de esta clase social aparentemente tan feliz. Drama y tensión llevados a buen ritmo. Sin maniqueísmos. Todos tienen algo de culpa, tal vez la policía sea la institución que queda mejor parada.
Personajes que han quedado como modelos, como iconos influyentes en la historia del cine. Hablar de "Rebelde sin causa" es hablar de Jim Stark y su cazadora roja, de la tremenda necesidad de amor que siente Platón o de la belleza e inestabilidad emocional de Judy. Sin olvidar al resto del reparto.
Y para enfriar un poco las efervescencias juveniles, nada como la lección de astronomía en el planetario donde nos anuncian ya la extinción de la vida sobre la Tierra como consecuencia de su calentamiento paulatino, cosa que se da por hecha, mientras el resto del universo permanecerá prácticamente inmutable por los siglos de los siglos.
Una película que marcó a una generación y que no ha perdido actualidad pese al tiempo transcurrido.
Imprescindible.