El mismo teniente que manda la escolta de Caballería que protege el envío de una fuerte suma de dinero, Luc (D. Martín), es el jefe de la banda de ladrones que asalta la diligencia que transporta el oro. Uno de sus lugartenientes, Carrancho (Sancho), se queda con la caja fuerte tras la que van todos, incluidos un par de pistoleros que se dejan caer por allí.
Western español setentero a base de greñas, patillas y bigotes, malo de solemnidad aun reconociendo su modestia de medios. Unos pocos figurantes que se repiten con distintos trajes (sin comentarios los mormones), decorados pobretones, un cartel en la cantina avisa "Prohibida la entrada a perros y a mejicanos" y ni siquiera unos paisajes de fondo mínimamente interesantes.
Historia bastante inverosímil desarrollada con un guion ramplón que no se toma la molestia ni aun de justificar la trama.
Lo mismo puede decirse de la realización, ni ritmo, ni tensión dramática, ni nada por el estilo. Unos cuantos tiros y puñetazos entre unos y otros. Personajes sin el menor interés, dos pistoleros que no sabemos de donde vienen ni a donde van, una señorita florero y Fernando Sancho en el papel de siempre pero con mayor protagonismo. En esta ocasión tiene bastantes diálogos y un cierto papel cómico que no le va. Es preferible el rol violento y brusco habitual de bandido mexicano en unas pocas escenas.
En lo positivo algunos detalles ambientales hispanos como el guitarreo del salón, las cortinas de tiras, los cardos del campo y poco más.
En resumen, película mala que no recomendamos.