Estamos nada menos que en la mítica ciudad de Tombstone (Arizona). Una peña de caciques encabezada por el alcalde y el banquero, tienen al pueblo en un puño al que venden su "protección" apoyados en un pistolero patilludo.
Enfrente un sheriff honesto apenas puede plantear una pequeña oposición por la cobardía de la gente. Por allí anda un joven borrachín, Brandy (Nicol), que ha perdido toda autoestima, una buena muchacha que lo aprecia y un ex convicto que retorna al pueblo. Podríamos pensar en "Río Bravo", pero queda demasiado lejos.
"Brandy" (apócope de "brandewijn" o "vino quemado"), es el "vino de quema" que según el "Diccionario" de la Real Academia se destina a la destilación por su baja calidad. Solían antaño exportarse a Holanda ya quemados, la destilación se hacía en España donde se les daba el nombre de "holandas" pues históricamente era su principal mercado. En cualquier caso, a partir de las mismas elaboraban y elaboran muchas y acreditadas bebidas alcohólicas
Pues bien este "Brandy" de José Luis Borau carece de ritmo y de tensión dramática, los personajes son superficiales, sin hondura. El guion no está mal, por algo tenemos detrás al colega José Mallorquí con toda la experiencia de "El Coyote". Correctas la ambientación y las interpretaciones.
Cinta que no pasa de regular pero que merece un vistazo.