Es verdad que la fama que precede al visionado de una película altera tu percepción. Seguramente si no hubiese oído nada de esta película habría salido del cine más positivo, pero con tanta algarabía, pues me esperaba más.

Empecemos por lo bueno: la peli tiene toda ella un halo siniestro cuyo mecanismo no detecto mientras la veo, el director consigue que estés inquieto toda la película, aunque no esté pasando nada especialmente terrorífico, sabes que algo no está bien. La ambientación, la música, la fotografía, dónde se coloca la cámara, todo está estupendamente pensado, yo pasé bastante miedo.

La niña acojona mucho. La primera parte de la película me parece estupenda, brutal el momento que no comentaré pero que todos los que la hayáis visto sabéis cuál es.

Los actores correctos, pero los personajes no me despiertan simpatía, me parece una familia bastante chunga, así que no me preocupa mucho lo que les pase. Todos alaban la interpretación de la madre, a mí me resulta un poco cargante. El padre, soso, soso.

Dos cosas me molestan, la primera es que la historia acaba en un desenlace previsible y un tanto grotesco, dejan cosas sin explicar, sobran escenas que no tienen explicación ni ayudan. Suele pasar, levantas muchas expectativas, tienes un arranque excelente y luego es difícil mantener el listón y cerrar. Lo segundo es que tarda mucho en llegar a ese desenlace, a mí se me acabó haciendo pesada. Qué manía de hacer películas de más de dos horas.

Algún susto, algún momento gore, pero la mayoría del tiempo es más sutil, me recuerda mucho a la semilla del diablo, de Polansky. Si os gusta el género, vale la pena verla.