Medianeras parte de un planteamiento bastante interesante, que, junto con algunos destellos de inspiración en su desarrollo, hace que la intención sea más esperanzadora de lo que en la práctica ofrece finalmente la película.
A mi juicio se queda a medio camino de todo, de ser chispeante, de ser encantadora, de ser recordada, en definitiva, a medio camino de llegarnos.
Tiene fases en las que casi se alcanza el aburrimiento, y aunque en ocasiones, algo te hace pensar que la película va a remontar el vuelo, enseguida su lentitud te devuelve al tedio.
El talento se adivina, pero le falta chispa, una pena.
(Como curiosidad, Pilar López de Ayala hablando con acento argentino)

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