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Voto de Ro_Sauron:
6
6,3
30
Drama
Con un estilo semi-documental, cuenta el problema de las kogals, estudiantes japonesas adictas a las moda y las nuevas tendencias con pocos escrúpulos para conseguir lo que desean, incluyendo la prostitución y los " enjo kosai ", citas pagadas, que se han convertido en una peligrosa moda en el país del Sol naciente, un país que siempre sorprende al turista occidental por su peculiar visión del sexo. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ñam, ñam, ñam....
Bueno, en primer lugar la recomiendo a cualquiera que quiera hacerse una idea de cómo era el mundo de este clan urbano que tan popular se volvió a lo largo de los años 90.
En general las Gals (literalmente transcripción Katakana del inglés Girls) eran simplemente adolescentes niponas que se desmarcaban de la sociedad expresándose por medio de la moda y los complementos. Dentro de este grupo había miles de subgrupos que no se me ocurre mencionar porque podría llevarme 3 días.
Dentro de cada subgrupo, existía un código de vestimenta y de actitud diferentes, pero lo que los relacionaba entre sí era el hecho de llamar la atención dentro de una sociedad que se basaba de forma extrema en la uniformidad y la retención de las emociones.
AKA: llevar la contraria.
Lo que a simple vista parecía algo muy superficial (o por lo menos lo era la parte de pasarse toda la tarde comprando complementos y camisetas chillonas en Shibuya, así como ponerse plataformas de 3 pisos), conformaba un medio de expresión muy importante, casi incluso - si bien muchas de esas Gals no eran exactamente conscientes de ello- una forma de protesta.
En cierto modo las Gals no surgieron como protesta en sí, si no como consecuencia o resultado de un par de generaciones anteriores que a pesar de haber captado (y sufrido) todos los valores de Occidente, se centraron de forma obsesiva en hacerlos convivir con los suyos propios al tiempo que levantaban de forma casi milagrosa un Japón tan fuerte como confuso, sin lidiar con sus fantasmas ni sus contradicciones.
Llega un momento en que la burbuja explota y se hacen visibles determinadas quimeras, como por ejemplo la del enorme escándalo que supuso saber que durante los años 90 oficinistas, padres de familia y empresarios con un empleo respetable, contrataban los servicios de algunas de estas adolescentes a cambio de dinero o la compra directa de artículos de moda. A veces incluían la prostitución, otras simplemente el tiempo de una charla.
Bueno, en primer lugar la recomiendo a cualquiera que quiera hacerse una idea de cómo era el mundo de este clan urbano que tan popular se volvió a lo largo de los años 90.
En general las Gals (literalmente transcripción Katakana del inglés Girls) eran simplemente adolescentes niponas que se desmarcaban de la sociedad expresándose por medio de la moda y los complementos. Dentro de este grupo había miles de subgrupos que no se me ocurre mencionar porque podría llevarme 3 días.
Dentro de cada subgrupo, existía un código de vestimenta y de actitud diferentes, pero lo que los relacionaba entre sí era el hecho de llamar la atención dentro de una sociedad que se basaba de forma extrema en la uniformidad y la retención de las emociones.
AKA: llevar la contraria.
Lo que a simple vista parecía algo muy superficial (o por lo menos lo era la parte de pasarse toda la tarde comprando complementos y camisetas chillonas en Shibuya, así como ponerse plataformas de 3 pisos), conformaba un medio de expresión muy importante, casi incluso - si bien muchas de esas Gals no eran exactamente conscientes de ello- una forma de protesta.
En cierto modo las Gals no surgieron como protesta en sí, si no como consecuencia o resultado de un par de generaciones anteriores que a pesar de haber captado (y sufrido) todos los valores de Occidente, se centraron de forma obsesiva en hacerlos convivir con los suyos propios al tiempo que levantaban de forma casi milagrosa un Japón tan fuerte como confuso, sin lidiar con sus fantasmas ni sus contradicciones.
Llega un momento en que la burbuja explota y se hacen visibles determinadas quimeras, como por ejemplo la del enorme escándalo que supuso saber que durante los años 90 oficinistas, padres de familia y empresarios con un empleo respetable, contrataban los servicios de algunas de estas adolescentes a cambio de dinero o la compra directa de artículos de moda. A veces incluían la prostitución, otras simplemente el tiempo de una charla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y éste es precisamente el tema que trata la película. ¿Viene antes la Gal que el abuso o el abuso antes que la Gal? ¿Con qué asociaba la mentalidad japonesa a estas niñas que a pesar de todo, sólo estaban siendo niñas? Demostraban la hipocresía de una sociedad obsesionada con la perfección de un modelo único de individuo, es decir, el que es igual al colectivo. Alguien que se desmarcaba de él era una especie de paria, o por lo menos, alguien sin moral ni principios, al menos no como los de cualquier otro ciudadano. De ahí que se las tratara como si se estuvieran vendiendo, aunque al contrario de lo que nos muestra la película, no todas lo hacían ni mucho menos.
Es una película interesante, pero los hechos que se suceden en el guión podrían haber dado muchísimo más de sí, apenas se distingue la conexión entre ellos y da la sensación de ser demasiado caótica, nos lo muestran todo ya empezado y sin antecedentes, sin prolegómenos como quien dice (ya que he soltado mi vena gafapasta ¬¬).
Bueno, no se si os pasará lo mismo cuando la veáis, pero yo me enteré de que las protagonistas eran 3 y estaban conectadas casi cuando acababa la película, porque a pesar de ser amigas de antes, nos las ponen que parece que se acaban de conocer, cada una a su bola...
Me molestó que no hicieran un retrato más profundo de cada una de ellas, porque realmente eran personajes complejos y muy interesantes. Pero nos las dan a medias
La mejor interpretación es indiscutiblemente de Hitomi Sato, y eso que es la que menos chicha tiene, teniendo en cuenta que sus compañeras interpretan respectivamente a una chica con Trastorno Obsesivo Compulsivo (no puede andar en linea recta) y otra con ánimos de fugarse a Nueva York debido a un misterioso problema en su casa. Pero Hitomi se luce negociando con la Yakuza (por cierto, escena muy absurda la del hospital).
Bueno, interesante en general. Pero eso.
Que podría haber dado más, coño.
Es una película interesante, pero los hechos que se suceden en el guión podrían haber dado muchísimo más de sí, apenas se distingue la conexión entre ellos y da la sensación de ser demasiado caótica, nos lo muestran todo ya empezado y sin antecedentes, sin prolegómenos como quien dice (ya que he soltado mi vena gafapasta ¬¬).
Bueno, no se si os pasará lo mismo cuando la veáis, pero yo me enteré de que las protagonistas eran 3 y estaban conectadas casi cuando acababa la película, porque a pesar de ser amigas de antes, nos las ponen que parece que se acaban de conocer, cada una a su bola...
Me molestó que no hicieran un retrato más profundo de cada una de ellas, porque realmente eran personajes complejos y muy interesantes. Pero nos las dan a medias
La mejor interpretación es indiscutiblemente de Hitomi Sato, y eso que es la que menos chicha tiene, teniendo en cuenta que sus compañeras interpretan respectivamente a una chica con Trastorno Obsesivo Compulsivo (no puede andar en linea recta) y otra con ánimos de fugarse a Nueva York debido a un misterioso problema en su casa. Pero Hitomi se luce negociando con la Yakuza (por cierto, escena muy absurda la del hospital).
Bueno, interesante en general. Pero eso.
Que podría haber dado más, coño.