Pues esto es una chica, un poquito borrachuza, que se pasa el día viaje en tren va, viaje en tren viene, fisgando la vida de los demás desde la ventana del susodicho, tren hasta que un día se encuentra de morros (oh casualidad) con un asesinato....Pero como ya he dicho que es un poco borrachuza, no se acuerda de nada se pone a jugar al cluedo para intentar adivinar quién es el asesino o asesina en cuestión y la dejen de acusar a ella.

Nada nuevo, nada que no se haya contado mil veces antes. Así que para camuflar su falta de originalidad, su guionista (aquí me referiré sólo a la película ya que el libro ni lo he leído ni lo pienso leer) se dedica a descuartizar la historia, a mezclar los trocitos y arrojar uno por aquí, otro por allá y otro por acullá a ver si por casualidad le queda un puzzle curioso, consiguiendo en su lugar un churro desmembrado que no hay por dónde cogerlo.

Para rematar el desaguisado, su director se empeña en una narrativa fría, leeeeeeeeenta y reiterativa que no hace más que subrayar lo subrayado, regodearse en lo obvio y aburrir hasta la cabezada.

Pésimo guión, pésima narración y pésima dirección, rematados por unas interpretaciones tan anodinas como el resto de la película. Emily Blunt apagada, Rebecca Ferguson puesta por el ayuntamiento, Justin Theroux tan plano como siempre, Haley Benett que no se entera ´de ni en qué película está y un Luke Evans que no pasa de ser un bonito adorno que ni él mismo ni nadie, sabemos qué coño pinta allí.

Un thriller tontorrón y tramposo, sin misterio, sin tensión, sin emoción, embarrado por un melodrama folletinesco de telenovela de sobremesa que puede funcionar estupendamente como "chupete" para la siesta, en una tarde de domingo lluviosa, agazapado bajo una manta en tu sofá cuando no tienes ni fuerzas para hacer un poco de "zapping".