Rutilante miniserie de Prime Video que durante los escasos seis capítulos de cincuenta y pico minutos que dura cada uno, no da tregua al espectador en muchísimos aspectos. En primer lugar por un excelente y vivaz diseño de producción, que recrea lugares místicos e incluso diferentes épocas terrenales, de un modo creíble e ingenioso. E ingeniosa también es su historia, basada en una novela que Neil Gaiman, uno de los dos autores originales, se ha encargado personalmente de adaptar, para alegría y tranquilidad de los fans del libro. El resultado es un guión en el que no dejan de suceder acontecimientos a todas horas y en todas partes, con multitud de personajes y tramas diferentes que no dejan ni un solo resquicio al aburrimiento.

Por último, y no menos importante, es dar con la tecla a la hora de fichar los actores y las actrices para llevar a cabo la difícil misión de interpretar seres divinos, infernales o simplemente "especiales", y eso también lo han conseguido, destacando sobremanera el dúo protagonista Sheen/Tennat, de por sí talentoso y con una versatilidad demostrada previamente, que lo bordan como una de las parejas antagonistas más simpáticas y carismáticas de los últimos tiempos. Así que solo nos queda rezar para que no se saquen de la manga una segunda temporada que estropee el intrínseco poso celestial que nos ha dejado esta serie.

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