Esta vez Disney se deja de princesas y castillos de hielo para centrar su objetivo en el público más juvenil. Es lo bueno y lo malo de esta peli, que la disfrutaran los jóvenes pero a los adultos les resultará un modo de tener distraido a sus hijos durante hora y media, poco más. Sí que existen algunos guiños al público adulto, pero está claro que el film es una aventura de superhéroes jóvenes al uso.
Poco que decir de la técnica digital, ya tan depurada que casi uno se acostumbra a ello. Sólo se acuerda de lo que cuesta crear una película así cuando comprueba la cantidad de nombres que salen en los títulos de crédito finales.
La moralina y emocionalidad es la esperada en las películas que incluyen la creación de un robot inocente y bobalicón pero con sentimientos, y la acción gira en torno a guiños variados dentro del mismo género: POKEMON, POWER RANGERS, MAZINGER Z, etc; basta con comprobar la ciudad ficticia y los nombres japoneses de los protagonistas.
Un canto por un lado al anime y al cine de superheroes. Se nota que Disney acababa de comprar a Marvel.