"Ferdinand" es la película que Ricky Gervais aprobaría. Eso lo primero.
Vuelvo a enfrentarme al estudio Blue Sky, uno de los que más me hacen rabiar en lo que a animación se refiere. Y en honor a la verdad he de asegurar que "Ferdinand", esta cinta de Carlos Saldanha basada en el cuento de Munro Leaf y Robert Lawson de 1936, me ha ido ganando según avanzaba. Seguramente mis eternas reticencias al estudio, más que la propia película en si, me han llevado a empezar el relato de uñas. Pero luego la fiera se ha ido amansando. Aunque la obra dista mucho de ser redonda, que conste.
En "Ferdinand" nos topamos con un toro criado en cautividad que rehuye la naturaleza para la que supuestamente le están criando: acabar en una plaza de toros. Así desarrolla Saldanha, alma mater de Blue Sky, esta cinta de buen fondo y con un protagonista del todo entrañable y bonachón que se hace querer. Eso sí, la facilidad que tiene Blue Sky para los secundarios repelentes es encomiable. O tienen la patente o no me lo explico. No hay uno solo al que no apetezca degollar. Eso afea mucho "Ferdinand", las cosas como son.
Luego, visualmente, hay un nivel estupendo. Otra constante habitual en el cine de Blue Sky. Aquí además sobrevolando esos países tan españoles que me ablandan el corazón. Poblados en la película por mexicanos, las cosas como son; pero españoles.
En resumidas cuentas, "Ferdinand" me parece de lo mejor de Blue Sky solo por detrás de la excepcional "Carlitos y Snoopy, la película de Peanuts" (Steve Martino, 2015).