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Voto de Isaac Paskual:
5
Thriller. Drama. Intriga Narra los acontecimientos que siguieron a la publicación por parte del diario 'The Guardian' de los documentos clasificados que aportó el joven analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden sobre el programa secreto de vigilancia mundial de la Agencia en el 2013, unos documentos que revelaban que espiaban a miles de millones de personas de todo el planeta... Film Basado en el libro "The Snowden files. The inside ... [+]
14 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Stone y la política son como Michael Myers y su máscara, inseparables. En “Snowden” el cineasta neoyorquino aborda el asunto Ed Snowden a modo de didáctico pero nada estimulante biopic. Todo en la película es frío y distante, y al final ni siquiera su repartazo consigue insuflar vida al cuerpo.
“Snowden” es una película que me ha recordado horrores a “El quinto poder” (Bill Condon, 2013), cosa que para nada es buena señal. Thrillers grises basados en hechos reales y de rabiosa actualidad, en aquella ocasión el tema Julian Assange y aquí todo lo concerniente a Edward Snowden, que en caliente y a grandes rasgos cumplen relativa función didáctica, siempre y cuando no estés muy al día en el asunto tratado, pero que en frío los acabas poco menos que odiando precisamente por su carencia de alma.
“Snowden” se articula como un biopic del ex-analista de la NSA Edward Snowden, teniendo como punto central del laberinto ese momento en el que este les pasa, a periodistas del The Guardian, los documentos secretos que atestiguan las espías globales llevadas a cabo por los EEUU durante los mandatos de George Bush jr. y Barack Obama. La temática es atractiva y estimulante, pero el conjunto de Oliver Stone no. El film es tan insípido que acabas quedándote con la lección para, con el paso de los días, desechar todo lo demás.
Y por reparto no será, que diría mi abuela. En “Snowden” tenemos un cast muy jugoso para propiciar un film de esos en los que no hay una escena sin su batalla actoral de rigor. Pero ni con esas el producto deja de ser insípido. Para empezar, y a pesar de su muy mimética caracterización, a Joseph Gordon-Levitt no le beneficia lo sosegado del personaje. Que por sus venas en vez de sangre circule horchata, no es bueno. De ahí podemos saltar a su nula química con Shailene Woodley, actriz que sigue sin transmitirme nada. Y de ahí pasamos a esa retahíla de secundarios de nivel que mantienen tu interés en el lote; un interés que, si fuera por el propio lote, ya habría caducado.
En fin, Oliver Stone. Una y no más, gracias.
Isaac Paskual
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