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Voto de Isaac Paskual:
33.594
Terror
El vudú y el terror se apoderan de un muñeco de aspecto inocente habitado por el alma de un asesino en serie. Cuando Andy Barclay, un niño de seis años de edad, asegura que “Chucky”, su nuevo muñeco, ha arrojado violentamente por la ventana a su niñera, nadie le cree. Pero una larga serie de horribles asesinatos conduce al detective que se ocupa del caso hasta el muñeco y, entonces, descubre que el auténtico terror no ha hecho más que ... [+]
2 de agosto de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro "Muñeco diabólico". Siempre lo he pensado, pero es que cada nuevo revisionado me lo confirma aún más.
El primer motivo por el que idolatro la película de Tom Holland es por ofrecernos una estupenda y original revisión al clásico slasher. John Carpenter lo inventó en la gloriosa "La noche de Halloween" (1978), y "Muñeco diabólico" le da la vuelta para entremezclarlo con el thriller y entregar un firme paso adelante dentro del subgénero. Esta cinta es la cumbre del neo-slasher.
El segundo motivo por el que venero este film es por ese good guy llamado Chucky. Es mi psicokiller predilecto del séptimo arte; carismático, cachondo, malvado y muy efectivo como antagonista de slasher. Por desgracia Jason Voorhees, Michael Myers y compañía son los que siempre se llevan la fama, pero para mí Chucky es gloria bendita. Y a todo ello hay que unirle la complejidad de plasmarlo en pantalla, otra virtud que eleva "Muñeco diabólico" a otro nivel al que no llegan muchas películas.
El tercer motivo por el que tengo en un pedestal "Muñeco diabólico" es por la capacidad de Tom Holland para mezclar la candidez de su protagonista con la mala leche de su villano y que no quedase ridículo en dicho momento ni con el paso del tiempo. Esa mezcla en el cine de terror casi siempre suele resultar cuanto menos turbia, muchas veces pongo como ejemplo "El sótano del miedo" (Wes Craven, 1991), una cinta que marcó mi infancia y que adoro, pero que vista de adulto compruebo que maneja un tono bastante juvenil que no le beneficia mucho y que la desvirtúa ligeramente, un tono derivado de su protagonista. "Muñeco diabólico" en cambio junta de maravillas lo infantil con lo adulto, creando una obra que te perturba de joven y lo sigue haciendo de mayor. Por no mencionar que la tensión que maneja la cinta es sublime, con la dificultad de hacerlo además en escenas alargadas.
En resumidas cuentas, "Muñeco diabólico" es un pilar fundamental dentro de mis filias cinematográficas, un clásico por el que no pasa el tiempo. Por la indumentaria de sus protagonistas quizás si, pero por la película no.
El primer motivo por el que idolatro la película de Tom Holland es por ofrecernos una estupenda y original revisión al clásico slasher. John Carpenter lo inventó en la gloriosa "La noche de Halloween" (1978), y "Muñeco diabólico" le da la vuelta para entremezclarlo con el thriller y entregar un firme paso adelante dentro del subgénero. Esta cinta es la cumbre del neo-slasher.
El segundo motivo por el que venero este film es por ese good guy llamado Chucky. Es mi psicokiller predilecto del séptimo arte; carismático, cachondo, malvado y muy efectivo como antagonista de slasher. Por desgracia Jason Voorhees, Michael Myers y compañía son los que siempre se llevan la fama, pero para mí Chucky es gloria bendita. Y a todo ello hay que unirle la complejidad de plasmarlo en pantalla, otra virtud que eleva "Muñeco diabólico" a otro nivel al que no llegan muchas películas.
El tercer motivo por el que tengo en un pedestal "Muñeco diabólico" es por la capacidad de Tom Holland para mezclar la candidez de su protagonista con la mala leche de su villano y que no quedase ridículo en dicho momento ni con el paso del tiempo. Esa mezcla en el cine de terror casi siempre suele resultar cuanto menos turbia, muchas veces pongo como ejemplo "El sótano del miedo" (Wes Craven, 1991), una cinta que marcó mi infancia y que adoro, pero que vista de adulto compruebo que maneja un tono bastante juvenil que no le beneficia mucho y que la desvirtúa ligeramente, un tono derivado de su protagonista. "Muñeco diabólico" en cambio junta de maravillas lo infantil con lo adulto, creando una obra que te perturba de joven y lo sigue haciendo de mayor. Por no mencionar que la tensión que maneja la cinta es sublime, con la dificultad de hacerlo además en escenas alargadas.
En resumidas cuentas, "Muñeco diabólico" es un pilar fundamental dentro de mis filias cinematográficas, un clásico por el que no pasa el tiempo. Por la indumentaria de sus protagonistas quizás si, pero por la película no.
