"Oz, un mundo de fantasía" podemos calificarla como una de esas películas Disney de saldo, con una más que aceptable calidad, pero de saldo.
En los últimos tiempos, la factoría de Mickey Mouse ha solventado su más que notable falta de ideas con: remakes en acción real, secuelas, spin-off y precuelas. En esta última categoría deberíamos encuadrar "Oz, un mundo de fantasía", una precuela con la única función de darle un origen a algo que claramente no lo necesita. Supongo que los mandamases de Disney antes pensaron en hacer un remake de "El mago de Oz" (1939), pero más tarde se dieron cuenta de que quizás era demasiado sacrilegio, y decidieron emprenderla con una precuela. Lo que se puede traducir como manera simple de amasar pasta gansa.
"Oz, un mundo de fantasía" no es una mala película, pero definitivamente tampoco se quedara en mi memoria por mucho tiempo. La cinta visualmente es estupenda, aunque he de admitir que no es todo lo sorprendente que cabria esperar. Paisajes bellos y el resto bastante previsible. Desgraciadamente los espectadores de hoy en día no son iguales que los de antes, lo que a finales de los años treinta dejo impresionado al público de la época, ahora no sorprende a nadie. La trama tampoco es nada del otro mundo, y al respecto tengo que decir que al film le sobra media hora. El bueno de Sam Raimi ha hecho lo que ha podido con el material de que disponía, supongo que para menos da una piedra.