Lo narrado en "Florence Foster Jenkins" es tan rocambolesco y chillón y apetecible que ya, solo con eso, la obra tiene más de la mitad del trabajo hecho. Ahora bien, todo el tinglado este en manos de un director menos elegante y más rocambolesco, con ganas de entrar en el cachondo juego de la historia, hubiera sido ya perfecto. Por ello, aun habiendo disfrutado la cinta, me quedo al final con la amarga sensación de que Stephen Frears no le ha sabido sacar todo el potencial a esta historia sobre la mejor peor cantante.
Ni que decir tiene que el reparto rema muy a favor de obra. Que menudo elenco tiene en "Florence Foster Jenkins" el amigo Frears, las cosas como son. El trío protagonista está sembrado, pero es que además anda por ahí Rebecca Ferguson por si hacia falta más leña.
En fin, poco más que añadir.