Seguramente, la mayor virtud de "El mensajero" no sea la de ofrecer una trama excesivamente original. Ni siquiera la de pasar a convertirse en una de las mejores cintas de acción de los últimos tiempos, sencillamente porque no es una cinta de acción al uso, es más bien un drama con tintes de thriller. La película tampoco destacara por su ritmo endiablado, o por llevarnos por caminos que ningún espectador hubiera visto antes en el género. Respecto a lo anterior, el film de Ric Roman Waugh es correcto sin más.
Lo que de verdad hará especial a "El mensajero" es, el darnos la oportunidad de ver a un tipo duro del cine como Dwayne Johnson llorar. Estamos acostumbrados a verlo repartir puñetazos y patadas a mansalva, y sin que nadie le tosa. Pues aquí le vemos sacar su vena más humana, y todo ello debido a que su director ha preferido la palabra antes que las patadas. A los fans de la acción esto les parecerá el mayor punto débil del film, a mí me parece una forma de convertir una película destinada a ser del montón, en algo ligeramente diferente.
Pues lo dicho. "El mensajero" es un film con ciertas carencias derivadas del género escogido por su director, pero que al final no resulta ser más de lo mismo.