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Voto de Isaac Paskual:
9
Drama. Romance Jackson Maine (Bradley Cooper) es una estrella consagrada de la música que una noche conoce y se enamora de Ally (Lady Gaga), una joven artista que lucha por salir adelante en el mundo del espectáculo. Justo cuando Ally está a punto de abandonar su sueño de convertirse en cantante, Jack decide ayudarla en su carrera hacia la fama. Pero el camino será más duro de lo que imagina. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ha nacido una estrella (2018)” es una cinta de esas generacionales que siempre funcionan. Este es el tercer remake que se hace de la película original de 1937 dirigida por William A. Wellman. El primer remake se obró en 1954 y el segundo en 1976, y si los cálculos no me fallan es muy probable que dentro de veinticinco o treinta años volvamos a tener otra versión que funcionará con precisión de reloj suizo.
Abandona los prejuicios en casa (si los hubiera) y entregate por completo a la causa como si nada más importase, y una vez dentro déjate llevar cual pluma por este torbellino tanto en lo musical como en lo emocional. Eso es “Ha nacido una estrella (2018)”, un tren de emociones que te pasa por encima, literalmente. Jackson Maine es un cantante de éxito que llena conciertos, aunque su vida detrás de los escenarios y la fama es bastante convulsa. En esas conoce a Ally, una joven cantante y compositora de mucho talento que no ha podido triunfar en la música, y desde ese primer vistazo la chispa se prende entre ambos, tanto en lo profesional como en lo personal. Esquemáticamente “Ha nacido una estrella (2018)” es el vivo reflejo de las etapas por las que pasan Jackson y Ally como pareja en ambos ámbitos. Una primera mitad de metraje que es pura y ciega emoción sin frenos, la chispa surge espontanea casi sin necesidad de combustible, y luego arribamos en una segunda mitad de película en la que nos quitamos la venda de los ojos para descubrir el verdadero y cruel drama que se oculta detrás, el cual la propia felicidad del momento nos impide ver. Todo ese tsunami de sensaciones se transmite al espectador a la perfección, y creo que el que más reforzado sale de todo lo anterior es un Bradley Cooper que logra caer de pie como director de esta doble voltereta que es “Ha nacido una estrella (2018)”.
Actoralmente Lady Gaga y Bradley Cooper están soberbios, llevando además todo el peso de la película. La química entre ambos es brutal, y la naturalidad que rebosan tres cuartos de lo mismo. Los momentos musicales son de diez. Aquí es cuando debería decir otro minipunto para el Cooper director, pero no lo voy a hacer porque en este aspecto he encontrado una pequeña pega, igual la única del film. No se si por celos o por torpeza pero el director le priva a Lady Gaga de un par de escenas de esas que claramente se presentaban para su lucimiento en lo dramático. Hay una en la que Ally llora, pero el torpe de Bradley enchufa el plano de la cara de Gaga cuando la lagrima ya esta cayendo, ¿por qué no enfoca desde el momento en que sale del ojo?… Es una decisión confusa que me duele y me mosquea por igual.
Las dobles lecturas del film son más que evidentes y agradecidas, pero quiero destacar ese golpe que le asesta Lady Gaga a la industria musical y a todo los que la menospreciaron en sus inicios. La cantante usa “Ha nacido una estrella (2018)” para pasar facturas, y hace bien.
En resumidas cuentas, “Ha nacido una estrella (2018)” es un golpe absolutamente inesperado a nuestros sentimientos, tanto en calidad como en cantidad. Imagino que cuando se anunció este proyecto nadie daba un duro porque a estas alturas estuviese donde está, como está y con las sólidas aspiraciones que tiene de cara a la temporada de premios que se avecina.
Isaac Paskual
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