Nada más terminar de ver “360, juego de destinos” acudí a leer la contraportada del DVD y cito textualmente lo que encontré en la sinopsis del film: “...escrita a la sombra de la crisis bancaria internacional, el efecto dominó de la primavera árabe, la amenaza de las pandemias globales y la inestabilidad de la eurozona...”. Entonces puse la mente en blanco y empecé a rememorar la película de Fernando Meirelles para llegar a la conclusión de que la cinta que yo había visto y la de la sinopsis de la carátula del DVD no eran la misma. En “360, juego de destinos” yo no vi crisis, no aprecie nada de pandemias, y de primavera árabe ya ni te cuento; definitivamente el tipo que escribió el resumen del film o bien sufría de delirios de grandeza o bien estaba bajo la influencia de sustancias psicotrópicas, flaco favor le hizo a Meirelles. “360, juego de destinos” es un simple drama sobre el amor y las relaciones de pareja, y nada más.
Teniéndole la manía que le tengo al subgénero de las historias entrecruzadas, he de admitir que “360, juego de destinos” posiblemente no sea lo peor que he tenido que ver de ese tipo de cintas, pero aun así me ha parecido una película absolutamente intrascendente. El tipo del que antes hablaba, el de la sinopsis, también le dio por definir al film calificándolo como: “...un thriller intenso y conmovedor...”, definición que en poco o en nada se aproxima a la realidad. “360, juego de destinos” es más bien un frio drama romántico. La trama, en la que el 360 se refiere a grados, empieza en un punto y cien minutos mas tarde termina en el mismo punto sin que ninguna de las historias que nos presenta me haya dicho demasiado. “360, juego de destinos” sufre del endémico mal que acucia a este tipo de films, la trama avanza a ritmo bacheado en base a si la historia que toca interesa más o menos.
Narrativamente quiero destacar el buen hacer del brasileño Fernando Meirelles tras las cámaras, dando algo de personalidad a un producto de muy poca enjundia. Sobretodo me ha gustado como ha ido solapando las sucesivas historias sin que se note en demasía que son independientes una de otra, se nota que Meirelles es un realizador experimentado aunque atrapado en un producto que se le queda muy pequeño.
En resumidas cuentas, “360, juego de destinos” es una sosa tela de araña en la que han caído un excelente reparto y un buen equipo artístico para nada. Film vacío y casi de sobremesa.