Todos los clichés del thriller están reunidos en el ultimo film de Rob Cohen, e incluso también están los clichés que no existen.
En "En la mente del asesino" aparece el policía súper-híper-mega listo al que no se le escapa ni el más mínimo detalle, bueno uno sí que se le escapa pero lo calificaremos como la excepción que confirma la regla; todo ello en el cuerpo de un tal Tayler Perry, tipo con poquísimo carisma. Luego están sus dos compañeros, el aprendiz y la rubia buenorra. ¿Adivinad cual de los dos la palma?... Más tarde aparece el malo malísimo, que es de lejos lo mejor de la cinta aún estando soberanamente desaprovechado, y eso que al principio pintaba bien con su sadismo y todo, pero desgraciadamente desaparece a los veinte minutos... el sadismo, no el malo. Como telón de fondo están las típicas multinacionales que siempre buscan tajada. Y para acabar llega el desenlace con giro inesperado incluido.
Vamos, lo visto mil veces; y lo malo es que los artífices del film ni se molestan en camuflarlo un poquito. "En la mente del asesino" es un thriller de consumo rápido, a ser posible cuanto mas rápido mejor.