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Voto de Isaac Paskual:
8
Drama Jerez de la Frontera, 2012. Rocío, una madre soltera y sin trabajo, no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio. Vive con a su hijo de ocho años en un piso cuyo alquiler no paga desde hace meses, de modo que el dueño la amenaza continuamente con echarla a la calle. Para hacer frente a los gastos de manutención y alquiler, realiza trabajos ocasionales mal pagados y vende en el top manta objetos encontrados. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensareis que es completamente forzado, pero no. La casualidad ha querido que hoy, 8 de marzo y día internacional de la mujer, la cinta escogida para desarrollar mi review sea “Techo y comida”. Película que nos presenta a una verdadera heroína sin capa del mundo actual.
Y una vez hechos los formalismos, vamos al meollo del asunto. Pudiera parecer “Techo y comida” un descarnado relato sobre ese pliegue más amargo aún de la crisis económica que azotó España, y que posiblemente aún acecha. Y seguramente lo sea, no lo pongo en tela de juicio. Pero creo que esta ópera prima del realizador Juan Miguel del Castillo es más bien una sonora bofetada a esa sociedad idiotizada y ciega, fruto del culto vacío a deidades paganas o religiosas, que fácilmente deriva en dañina deshumanizacion.
En “Techo y comida” presenciamos la historia de Rocío, una madre soltera y sin ocupación laboral. Las oportunidades de trabajo no abundan, lo que le ha provocado varios meses de impago en el alquiler de su vivienda. En medio de esta difícil situación Rocío se dará de bruces continuamente con una sociedad aletargada a la que rara vez le importa alguien o algo que no sea uno mismo.
La historia es cruda, y Juan Miguel del Castillo evita en todo momento los colorantes y conservantes del melodrama. Esta sinopsis en manos de un J.A. Bayona, por ejemplo, hubiera sido una orgía de pornografía emocional patrocinada por Kleenex. Pero el director de Jerez de la Frontera evita acertadamente transitar esa senda, aun pudiendo, para ofrecer un drama seco que busca más la rabia que la lágrima.
Cinematográficamente “Techo y comida” no tiene mucho que ofrecer, al margen quizás de la excepcional interpretación de Natalia de Molina. El film, sacado adelante mediante crowdfunding, tampoco necesita el preciosismo técnico para transmitir lo que pretende y logra transmitir. De hecho, unas formas ampulosas habrían jugado en contra de la esencia de la obra, para mi gusto. Aunque la labor de Juan Miguel del Castillo si resalta en otros aspectos. Su dirección de actores es muy sólida, lo que se compenetra con un texto muy natural y verosímil.
En resumidas cuentas, “Techo y comida” es una propuesta tan valiente como necesaria. No resultará agradable de ver, pero en frío compruebas lo imprescindible de su visionado.
Isaac Paskual
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