En su momento "Hotel Transilvania" (Genndy Tartakovsky, 2012) me resultó una verdadera decepción. La película nunca supo aprovechar dos grandes virtudes con las que partía de la casilla de salida: el gozar de un estupendo punto de partida, y el ambientarse en un universo muy particular y diferenciado. A pesar de ello el film gozó del beneplácito del público, quienes en definitiva dictan la última palabra; lo que se tradujo en luz verde a secuelas.
Siendo honesto, "Hotel Transilvania 2" es una continuación que, inesperadamente y cuando ya había perdido la fe, mejora de forma ostensible lo ofrecido por su predecesora. Y mira que cuando vi que mi 'adorado' Adam Sandler, además de producir y poner voz, también participaba en el guion, me llevé las manos a la cabeza. Pero al final no se ha producido el descalabro que preveía.
"Hotel Transilvania 2" es una cinta más contenida y menos caótica que su predecesora, y eso, increíblemente, termina repercutiendo de forma positiva en el resultado final. Y digo increíblemente porque, hoy en día, dentro del cine de animación, parece ser que todo es caos ordenado y ritmo endiablado. Pero al final eso es un arma de doble filo que funciona si se usa bien. A su predecesora, por ejemplo, se le puso en contra. Sí que es cierto que el argumento de esta secuela es bastante menos original y ofrece muchas menos posibilidades, pero a la hora de la verdad la sencilla trama de "Hotel Transilvania 2" está más aprovechada, pudiéndose decir que menos es más.
Visualmente "Hotel Transilvania 2", sin ser nada del otro mundo, me ha resultado una propuesta bastante decente. Incluso me atrevería a decir más que decente. Y también me han gustado mucho sus continuos guiños cinéfilos al fantástico. Sin ir más lejos el propio Mel Brooks pone voz a un personaje en la versión original.
En resumidas cuentas, "Hotel Transilvania 2" es una secuela superior a su predecesora. Así que, si la progresión sigue a este ritmo, espero con más ansia que de costumbre la tercera entrega. ¿Tengo esta opinión porque, quizás, he dejado de exigirle tanto al producto?… Seguramente. A quién quiero engañar. Pero, de una forma u otra, hemos mejorado. Y eso es lo que cuenta.