A estas alturas de película creo que nadie negará que el cine de Nacho G. Velilla se ha transformado directamente ya en subgénero. Desde que debutase en 2008 con “Fuera de carta”, con bastante éxito, tres cintas más ha entregado, una de ellas incluso con secuela, ya sin Velilla en la dirección; y todas ellas con un esquema muy diferenciado que casi se ha convertido en sello. Luego te podrá gustar más o menos su estilo, podrán salir mejor o peor dichos films, pero hay que saber reconocer el hueco que ha sabido hacerse el cineasta zaragozano, en tiempos difíciles para encontrar acomodo en esta industria del cine español.
En “Villaviciosa de al lado” Nacho G. Velilla retorna a lo rural, eso que tan buenos resultados le dio en “Que se mueran los feos” (2010). El gordo de la lotería ha caído en el club de alterne de Villaviciosa de al lado, agraciando a gran parte de los hombres del pueblo. Estos se debaten entre cobrar el premio al tiempo que reconocen ante sus esposas la infidelidad, o pasar de tan jugosa cantidad de millones para permanecer con ellas sin mácula. Todo ello justo cuando la localidad no pasa por su mejor momento, tras el cierre del negocio que daba de comer a gran parte del pueblo. Así arma Velilla su comedia coral tipo, al tiempo que le sirve para analizar la actualidad social y política de España.
Con “Villaviciosa de al lado” me ha sucedido lo que ya me pasó con “Perdiendo el norte” (2015), hay alguna buena idea pero demasiado oculta entre un esquema que ya nos sabemos de memoria y una comicidad que cada vez funciona menos. El personaje de Carmen Machi es el más interesante del lote, muy de lejos; personaje con el que ademas Velilla analiza las sombras de la España profunda y el alma de los pueblos. Pero queda muy oculto bajo un montón de clichés y estereotipos que pueden llegar a desesperar. Y todo ello con un humor no demasiado inspirado y con un desarrollo narrativo que va muy al bulto.
Actoralmente en “Villaviciosa de al lado” tenemos el clásico reparto coral made in Nacho G. Velilla, esta vez con superpoblación de cómicos televisivos. En verdad no he visto, al margen de la ya citada Machi, a nadie que brille demasiado.
En definitiva, a nivel creativo Nacho G. Velilla no pasa por su mejor momento, y eso a pesar de que “Villaviciosa de al lado” posee ese picante necesario para ofrecer al menos una versión 1.5 del su modelo, pero ni con esas.