Cuando Ali Abbasi es Ali Abbasi, me gusta "Holy spider (Araña sagrada)". No me apasiona, pero me gusta. Ahora bien, cuando el iraní pretende disfrazarse de Asghar Farhadi, me gusta bastante menos su nuevo trabajo. Y no porque no me guste Farhadi, que en otros tiempos podría haberme servido como excusa, sino más bien porque Farhadi solo hay uno. Y cuando alguien tan poco o nada sutil como Abbasi intenta ponerse ese disfraz, le sale a patadas.
Creo que hay un punto determinado de "Holy spider (Araña sagrada)" en el que queda muy bien reflejado el anterior cambio de paradigma, con un volantazo argumental que hace incluso que aterricemos de bruces en otra película muy diferente a la que estábamos viendo hasta entonces. Un viraje que, posiblemente, tenga todo el sentido del mundo; aunque choque frontalmente con la senda que pensabas seguiría la propuesta, destrozando tus expectativas. A partir de ahí penetra la obra en una parte del metraje que me seduce e interesa menos. Sé lo que quiere ejemplificar Abbasi en cuanto a fondo de armario, pero es que durante la primera mitad también estaba quedando claro sin necesidad de coartadas.