"Need for speed" hubiera sido una más que digna película si no fuera por un pequeño detalle, sus productores han pecado de ambiciosos y eso les ha sentenciado al olvido.
La cinta empieza bien, con una primera media hora de metraje interesante. Es entonces, justo cuando el bueno de Aaron Paul sale de la trena, cuando la película se estropea. Desde ese momento, y hasta la carrera final que sirve de desenlace, en "Need for speed" no ocurre nada. Durante esos tres cuartos de hora largos de metraje, que se me hicieron bastante largos, la trama es inexistente, intentando sobrevivir continuamente de minúsculas anécdotas. Está claro que el principal pilar del film son las persecuciones, pero quedan mejor si se hacen con un mínimo de sentido, y no poniéndolas ahí por qué sí. La solución a este problema era muy simple, hacer la película más corta, con noventa minutos hubiera bastado.
Todo lo demás en "Need for speed" se ve afectado directamente por el problema anterior. Me apetecía ver a Aaron Paul, famoso por la serie "Breaking bad", interpretando un papel protagonista en cine, pero desgraciadamente queda lastrado por lo flojo del guion. Lo de Dominic Cooper como villano es casi de risa, la única que se salva es Imogen Poots.
Por resumir, siempre se suele decir que las comparaciones son odiosas, pero en el caso de "Need for speed" tengo que decir que se queda bastante lejos de "The fast and the furious (A todo gas)" (Rob Cohen, 2001), espejo en el que claramente intentaba mirarse.