Seth MacFarlane, tipo que ha tocado todos los ámbitos habidos y por haber dentro del mundo del espectáculo, lo peto hace algunos años con "Ted"; película con bastantes puntos fuertes, de los cuales, siempre hubo dos que me parecieron fundamentales, el humor gamberro y la capacidad de sorpresa. Supongo que, como se suele decir, de aquellos barros estos lodos. Fruto de aquel inesperado éxito, la Universal le dio carta blanca, y ese privilegio se podría traducir como "Mil maneras de morder el polvo", cinta que se deja por el camino los dos ingredientes fundamentales de los que antes hablaba.
En "Mil maneras de morder el polvo", comedia en clave de wéstern, hay un problema fundamental que lo empaña todo. El otrora humor gamberro de MacFarlane da paso a uno demasiado escatológico, un humor que puede terminar convertido en una losa difícil de levantar para según que espectadores. Un chiste escatológico esta bien, dos empiezan a hacer bola, y tres ya son multitud. Otra cosa que no ayuda es el hecho de que tampoco habita en la cinta ningún gag de esos que se recuerdan especialmente, muchos momentos son graciosos sin más.
Esa losa, oculta un puñado de elementos por los que podía haber destacado el film. Un casting interesante y entregado a la causa, una trama sencilla pero con gancho, unas ganas locas de homenajear al wéstern,... Todo ello queda eclipsado por esa manía de MacFarlane de escorar hacia lo fácil.
En definitiva, "Mil maneras de morder el polvo" es una comedia entretenida y divertida, aunque de ambas cosas podía haber dado mucho más.