Yo siempre he considerado a Eli Roth el director por excelencia de guilty pleasures, aunque he de decir que desde los tiempos de "Hostel" (2005) llevaba transitando las polvorientas y desvencijadas carreteras del olvido. "Hostel 2" (2007), burdo remake disfrazado de intrascendente secuela, y "El infierno verde" (2013), endeble homenaje al cine mondo, me hicieron empezar a perder la fe en Roth. Pero he aquí que llega el golpe de gracia cuando menos lo esperaba y de donde menos lo esperaba. En "Toc toc" Eli Roth abandona lo desagradable visualmente, por primera vez en su carrera, para recalar en lo desagradable patológicamente, y el cambio le sienta bastante mejor de lo que parece. ¡Eli "Mr. guiltypleasure man" Roth, ha vuelto!
"Toc toc" seria el resultante de agarrar de la pechera a Michael Haneke y a Harmony Korine para obligarles, bajo amenaza de fusta, a rodar un guilty pleasure. "Toc toc" es un "Funny games" (Michael Haneke, 2007) de mercadillo gitano. El bueno, y tolili de Keanu Reeves, gran padre y mejor esposo, se queda solo en casa durante un fin de semana, y el mismo viernes en plena tormenta aparecen dos atractivas jóvenes perdidas por la zona y pidiendo ayuda. Reeves hace lo que haríamos el noventa y cinco por ciento del sexo masculino, caer como bobos en la trampa y hacerlas pasar. A partir de ahí Eli Roth desarrolla un efectivo juego sádico-erótico del gato y el ratón para dejar patente la estupidez de ese noventa y cinco por ciento de hombres que antes citaba. Muchos afean el comportamiento del personaje de Keanu Reeves, deambulando entre lo estúpido y lo ridículo, pero yo creo que sencillamente era lo que el cineasta de Massachusetts quería transmitir; Genesis y Bell son dos exasperantes lobas con piel de cordero, y todo ello se reafirma en el estupendo desenlace del film. Por no hablar de la tensión que emana de todo el segmento en el que nuestro triangulo protagonista se conoce.
En resumidas cuentas, creo que a día de hoy "Toc toc" va directa a mi top-3 de Eli Roth. Es de esos films que con el paso del tiempo van adquiriendo su verdadera categoría de guilty pleasure con aspiraciones.