Siempre he venerado, con fervor casi religioso, al tándem Neveldine/Taylor, aka Mark Neveldine & Brian Taylor. Joyas como el díptico "Crank" son ya piezas fundamentales en mi cinefilia que ya justifican el ahondar en su corta pero intensa obra. Pero nada dura eternamente, y como les pasa a todas las parejas, están ahora en esa fase en la que cada uno vuela por su lado. Neveldine firmó hace unos años la olvidable "Exorcismo en el Vaticano" (2015), y un par de años más tarde le tocó el turno al que a la postre se rebela como el bueno del dúo: Taylor. Y lo hizo con una cinta que —¡Oh, sorpresa!— tengo que defender. "Mamá y papá".
Pocos días antes de sumergirme en este film estuve releyéndome «Cell», de Stephen King. Y qué curioso pero es que "Mamá y papá" parece una adaptación apócrifa de dicha novela, y si no de toda ella sí al menos de una parte. Brian Taylor recoge ese espíritu en un buen trasunto de apocalipsis Z con letra pequeña muy jugosa y rodeado de misterio. Y el viraje final del film hacia los terrenos de "No respires" (Fede Álvarez, 2016) mola mucho. Todo ello en un trabajo que mantiene en buena medida los estilemas visuales del realizador.
No pienso negar que "Mamá y papá" goza de un desenlace muy abrupto y precipitado, es casi como si a la película le faltase un trozo, un cierre digno. La crisis de la mediana edad o el hartazgo de una vida adulta prefabricada inconscientemente que nunca casa con lo idealizado cuando eres joven se refleja aquí de manera cínica y cruel en unos Nic Cage y Selma Blair fantásticos. También es cierto que lo ideado aquí por Brian Taylor da la sensación de dar para mucho más que una cinta indie a pequeña escala, hay material lo suficientemente potente como para un producto mayor. Pero en fin, esto es lo que hay. Que no es poco.