"La novia de Re-Animator", no solo ya es una secuela dignísima de ese clásico llamado "Re-Animator" (Stuart Gordon, 1985), sino que es la mejor secuela de cualquiera de esas llamadas masterpieces del horror ochentero. No puedo decir más, ni menos.
Brian Yuzna, productor y mano derecha de Stuart Gordon en "Re-Animator", coge los mandos en "La novia de Re-Animator". Una continuación que seguramente no tenga el fuste ni el ímpetu de la original, pero que posee más del mito de Frankenstein de Mary Shelley que su predecesora, le pese a quien le pese.
Esta secuela se toma las cosas con más calma, lo que no siempre es malo. Y también es bastante menos pérfida y cazurra, quizás lo que más me ha dolido. Pero al final lo comido por lo bebido.
Jeffrey Combs sigue on fire en su encarnación de mad doctor, y los maquillajes y efectos prácticos siguen siendo un puntazo y un glorioso desbarre.
En resumen, muy a favor de "La novia de Re-Animator".