Una de las películas que han marcado época y que nos han conquistado especialmente a los que nacimos en la década de los ochenta. Indiana Jones es la aventura personificada y Steven Spielberg es un genio que ha sido pionero en una nueva forma de manejar el cine para todos los públicos. Esta película sería el comienzo de su época dorada.

Harrison Ford desempeña con brillantez el papel de un profesor de arqueología que se embarca en una aventura para encontrar un poderoso artefacto antes de que los nazis lo encuentren, con el objetivo de dominar el mundo. De hecho, la búsqueda de un elemento de propiedades maravillosas o peligrosas es el hilo conductor de cada película de esta saga inolvidable.

Las escenas apenas nos dejan descanso, con múltiples obstáculos y situaciones que nos hacen permanecer expectantes. Es cierto que el comienzo puede ser un poco "rollero" (al margen de la primera escena que ya nos introduce una pequeña aventura), pero se hace necesario para establecer un adecuado prólogo y equilibrar el desarrollo de la película. En cuanto a la ambientación está muy conseguida, de manera que nos traslada a los años treinta y no se escatima en escenarios, llevándonos a El Cairo.

La banda sonora ha entrado en la leyenda y nos emociona cada vez que se escucha. Los efectos especiales no son ninguna maravilla, pero cumplen correctamente.

No importa las veces que la veamos ni la edad. Merece la pena ser disfrutada al máximo incluso con nuestros hijos. Es una película familiar en toda regla y por ella el tiempo no pasa porque no se han vuelto a realizar obras así... con la excepción de sus secuelas, claro. Y con la sola excepción de su decepcionante (e innecesaria) cuarta parte.