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En busca del arca perdida

Aventuras. Acción Año 1936. Indiana Jones es un profesor de arqueología, dispuesto a correr peligrosas aventuras con tal de conseguir valiosas reliquias históricas. Después de una infructuosa misión en Sudamérica, el gobierno estadounidense le encarga la búsqueda del Arca de la Alianza, donde se conservan las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Según la leyenda, quien las posea tendrá un poder absoluto, razón por la cual también la buscan los nazis. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 191
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2006
127 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial, trepidante, conmovedora, emocionante...No hay adjetivos suficientes para describir las sensaciones que trasmite esta obra mestra del "Rey de Midas" de Hollywood Steven Spielberg que se consolidó como un gran director que entusiasmo tanto a la taquilla como al público. Sin duda con películas como Indiana Jones o Star Wars se iniciaría una nueva época en la que algunas películas se convertirían en auténticos fenómenos sociales. ¿Por que? Pues salta la vista. Solo hay que ver los 10 primeros minutos de "El arca perdida" para deleitarnos con una de las mejores escenas del cine de aventuras.

Un argumento apasionante (de George Lucas principalmente) ayudado por un guión genial; un inolvidable Harrison Ford interpretando a uno de los personajes más carismáticos de la historia del cine; magníficos efectos especiales; una (para variar) conmovedora y maravillosa banda sonora de John Williams y como no una impecable e histórica dirección de Spielberg, dejandonos algunas escenas que no envejecen con el paso de los años.
"En Busca del arca perdida" es una película sencillamente irrepetible que a pesar de la notable calidad de sus continuaciones y de sus multiples imitaciones no tendrá igual.
Black Mamba
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20 de mayo de 2008
114 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que parece mentira, sé que muchos no me creerán pero el DVD no existía en 1981. En su lugar había unas cajas rectangulares y gordas donde se metía un casette cuadrado en cuyo interior había una cinta que siempre acababa enganchada o rallada. Se llamaban vídeos. Y aunque había de dos clases, el Beta pasó pronto a mejor vida para orgullo y beneficio del VHS (Video Home System). Las cintas eran negras, feas y pesadas. Ocupaban bastante espacio por lo que uno debía escoger con tino su filmoteca básica. Esa que en caso de diluvio universal, plagas coléricas de un Ser Supremo o castigos paternos deberías tener al alcance de la mano para que las horas se convirtieran en minutos.

Una de esas cintas era “En busca del arca perdida”. Ya lo dice Pablo Kurt. Con ella Spielberg reinventó el cine de aventuras. Lo revivió de entre los muertos, le dio un personaje carismático y lo lanzó cuevas abajo en búsqueda de ese parte aventurera que todos llevamos dentro. Además cuenta con un guión que es como un puzzle, donde cada pieza es necesaria para la siguiente secuencia, donde cada personaje encaja en el devenir de la historia.

Muchos critican al “midas de oro” de inventar las películas palomiteras con esta película. Lo cierto es que si la definición de películas palomiteras fuera “En busca del arca perdida” estaría tan gordo de comer palomitas que no entraría por la puerta de mi casa. Spielber-Lucas crearon un tándem perfecto donde fusionaron la forma de dirigir las aventuras de los clásicos con una mordacidad e ironía nuevas. Para todos los públicos con calidad, algo que desgraciadamente ha degenerado en un presente horroroso.
Chagolate con churros
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29 de febrero de 2008
67 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como segunda película que me impactó al verla por primera vez, tengo que ser vulgar a más no poder, y me voy a las aventuras. Ese tío que aparece de espaldas y lleva un sombrero y un látigo, me impacto desde el primer minuto.

La aventura en estado puro, la acción arrolladora, las escenas en las que los especialistas hacían cosas increíbles me dejaron pasmado en su día. Encima una música pegadiza, la cual estuve tatareando tantos días que la cogí hasta manía.

Este género es uno de mis favoritos, y a mi gusto uno de los más complicados por diferencia, ya que una peli de aventuras además de tener mucha acción, tiene la obligación de contar una buena historia, y ambas cosas juntas creo que es difícil de encontrar.

Recuerdo que tardé mucho tiempo en verla pese a las recomendaciones, cuando la gente se pone pesada con alguna película me temo siempre lo decepción más total, pero este no fue el caso, y quizá fue ese escepticismo que tenía el que hizo que me gustará aún más.

Me quedé acojonado, cuanta acción, que historia más divertida, que personajes, que pasada, ninguna escena tenía desperdicio, ese no parar no lo había visto nunca.

Disfruté como un niño, me hice Indiana Adicto, y es de las pocas pelis que he visto más de tres veces, me parece un entretenimiento de primer orden, y como encienda la tele y la estén poniendo no me puedo resistir ni siquiera hoy en día a ella.

Esta si que sigue siendo todavía mi película preferida de aventuras, me lo pase en grande. Además creo que va a ser difícil de igualar en el futuro.

Un diez en su género sin duda.
antipseudo
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21 de abril de 2008
55 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un prólogo que constituye el tercer acto de una aventura que no vemos, y emulando al mejor James Bond (de hecho el personaje pretende ser un homenaje a su figura), comienza este "En busca del arca perdida", toda una lección de cine a cargo del maestro Spielberg. El comienzo es simplemente espectacular: Indy calibrando el peso del saco de tierra con el del ídolo, la roca gigante persiguiéndolo, paredes que se cierran, persecuciones indígenas, hasta llegar al momento en que provisto de una liana se lanza hacia el mar para nadar hasta el avión, momento en que la mítica banda sonora hace acto de presencia, y el avión se pierde en el horizonte.

A partir de un personaje creado por George Lucas, Spielberg y Harrison Ford se pusieron manos a la obra para crear al que es el héroe de aventuras por excelencia del séptimo arte, y que ha sido objeto de numerosas imitaciones y homenajes. Desde el primer momento en que vemos su silueta recortada contra la montaña de la Paramount, sabemos que el espectáculo que se va a desatar ante nuestros ojos va a ser una de las experiencias más gratificantes del lujo de poder contemplar cine. Ataviado con su sombrero, su látigo, su chaqueta de cuero, y pistolas y demás armas (además de la enfermiza fobia a las serpientes), Indiana Jones es un referente obligatorio del cine de aventuras, y del cine en general.

Gracias a una vibrante banda sonora compuesta por el asiduo de Spielberg, John Williams, y con una puesta en escena, ritmo y tensión encomiables, este primer Indiana Jones nos lleva a un tiempo pasado, acompañando en el viaje a un profesor de historia y arqueólogo en sus ratos libres que se dedica a descubrir tesoros y reliquias enterradas pero no olvidadas. Emulando el espíritu aventurero de los seriales que ambos creadores solían visionar en su infancia, se nos presenta una trama a priori muy simple dividida en tres actos, aparte del citado prologo: una presentación del objeto místico y sus poderes, un nudo en que Indy hace lo posible por recuperarlo, y un final que combina lo real con las leyendas y mitos de los objetos.

Karen Allen como el eterno amor de Indy (desde entonces no encontró a otra paternaire con la se compenetrara tanto), John Rhys Davies y Denholm Elliot en el rol de aliados incondicionales de Indy, y unos malvados Paul Freeman (arqueólogo rival) y Ronald Lacey (psicótico agente nazi), dan forma al reparto de esta enorme cinta, en todos los aspectos. Un mito del cine de aventuras que tuvo dos continuaciones y de la que se espera el inminente estreno de la cuarta, que sin duda se trata del estreno mas esperado del siglo XXI.

Hay películas que hay que ver sí o sí. "En busca del arca perdida" es una de ellas, una cinta de obligado visionado para todo aquel que se considere amante del séptimo arte; una reliquia de incalculable valor, que merece ser rescatada y glorificada a toda costa. Y no olvidada en algún antiguo almacén...

Fortuna y gloria.
Franky_23
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20 de mayo de 2011
46 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podría haber sido cualquier otra, pero “En busca del arca perdida” es la típica peli que me viene que ni pintá para postularme, una vez más, como abogado defensor del proletariado cinéfilo. Posiblemente, el colectivo más vejado, repudiado, detestado y condenado de toda la página.

¿Qué exagero? Ni mucho menos. En FA está muy bien visto que te guste el cine clásico, el independiente, el de clase B, el de culto, el de género, el de arte y ensayo, el japonés, el iraní y el checo. Pero si dices que te gusta el cine comercial, estás jodido. Al principio te mirarán como a un bicho raro e intentarán convencerte para que dejes ese feo vicio y reconduzcas tu pervertida trayectoria de la mano de cineastas de inmaculado pedigrí como Dreyer, Antonioni, Resnais, Tarkovsky, Tarr, Angelopoulos u Oliveira. Pero si persistes en tu empeño y sigues bebiendo los vientos por Hitchcock, Huston, Hawks, Lean, Spielberg, Scorsese o Eastwood, lo más probable es que tus colegas más gafapasteros empiecen a mirarte como un pobre diablo sin posibilidades de redención y que, acto seguido, saquen a colación —con toda esa prepotencia tan repugnante— los típicos chistes sobre cuencos de palomitas, neuronas enlatadas, el opio del pueblo y la madre que los parió.

Aún así, si tenéis algo de personalidad y lo que os gusta verdaderamente es el cine comercial de calidad, no temáis. La sempiterna batalla entre gafotas y palomiteros la tenemos ganada los segundos. De eso no os quepa la menor duda. Entre otras cosas porque si el cine es la manifestación artística más divulgada y popular del s. XX y XXI es, precisamente, gracias al cine comercial. Y si nosotros mismos podemos considerarnos cinéfilos también es, fundamentalmente, gracias al cine comercial. Al cine popular. Al cine que mamamos desde pequeños. Al cine que nos inoculó en las venas el amor y la pasión por el séptimo arte. Y eso jamás —repito: jamás— deberíamos olvidarlo.

Porque no, señores, no se trata de negarse a pensar, ni a reflexionar, ni a evolucionar como cinéfilos. Se trata de valorar en su justa medida ese cine que nos ha convertido en lo que somos: unos putos yonkis que necesitamos nuestra dosis diaria de celuloide como el aire que respiramos. Y eso, en mi caso, no lo consiguieron ni “Stalker”, ni “Persona”, ni “Mullholland Drive” ni “El espíritu de la colmena”; pelis, por otro lado, que me encantan. Lo consiguieron “Ben-Hur”, “El planeta de los simios”, “Lawrence de Arabia” o, como no, “En busca del arca perdida”. Pelis comerciales de calidad que me enseñaron una senda a seguir y a las que siempre les estaré eternamente agradecido.

Un ochaco como un castillo, pues, para una de esas pelis de aventuras que te marcan de chavalín y que —contrariamente a lo que muchos ‘gafas’ creen— revisten mucha más trascendencia histórica que otras de mayor calibre intelectual. Negarse a admitirlo es, pura y simplemente, una cuestión de dioptrías. Yo tengo pocas. Quizás por eso lo tengo claro ;)
Taylor
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