A tenor de las críticas escritas aquí me la esperaba mucho peor. Y en efecto es una comedia surrealista y absurda a más no poder, con algunos diálogos sin sentido y que causan vergüenza ajena. Pero no es aburrida. Los niños menores de 10 años se lo pasarán en grande, pero también nos puede gustar a los adultos si sencillamente nos la tomamos como una comedia disparatada y que nos recuerda a aquél perro que protagonizaba los anuncios de la lotería durante varios años.

Aquí ya no tenemos a aquél señor de bigote que clamaba venganza, sino un Iván Massagué que realiza un papel aceptable. Él tiene experiencia en varias series de televisión. Mucha más que Patricia Conde, que no demuestra ser buena actriz. Patricia, sigues estando como un queso y tienes una sonrisa divina, pero lo tuyo no es la interpretación. Mejor los programas de la tele en los que trabajas mejor que nadie. Por otra parte tenemos a César Sagarchu (Bernando de Cámera Café) que encarna a un loco vendedor de perros y que resulta ser el personaje más divertido. Los "malos" por el contrario son demasiado sosos y sus papeles poco inspirados.

En resumen, una película que sin ser una maravilla me ha sorprendido gratamente. Existen algunas escenas y diálogos en que uno se lleva las manos a la cabeza por su carácter bizarro, pero el resultado es que garantiza algunas risas.