Una representación del mito de Dafne y Apolo contado de una forma muy interesante. La película se aleja del drama romántico para ofrecernos, la mayor parte del tiempo, un thriller donde solo hay sitio para la incertidumbre.

Dafne es una joven que ha tenido un accidente de coche en mitad del desierto, después de casi morir de sed, es encontrada por Jake. Cuando Dafne recupera la consciencia no recuerda nada de su anterior vida, ni siquiera su nombre. Jake aprovechará la situación para darle un nombre nuevo (Kitty) y formar una vida totalmente ficticia a su lado.

El suspense es la baza principal de esta película, ya que en ningún momento conocemos las intenciones de Jake. Este misterio se mantiene perfectamente gracias a una atmósfera claustrofóbica, que apoyada con un trabajo increíble de fotografía, en concreto de composición, consigue transmitir la angustia del personaje. Esta hace intentos por recordar continuamente su pasado, sin obtener respuesta. También se pueden apreciar muchos planos que incluyen el reflejo de la protagonista, se establece un juego de identidades donde Dafne y Kitty intentan fusionarse sin llegar a conseguirlo, la protagonista no es capaz de saber quien es realmente. Otro apunte interesante es el sonido tan acentuado del waterphone, su banda sonora recuerda a las antiguas películas de terror y misterios de la década de los 70 -80.

El verdadero problema reside en el ritmo, no avanza como debería, tampoco se justifica claramente las decisiones de la protagonista, que muchas veces el espectador tiene que especular para llegar a entenderlas. En la historia se muestran muchos elementos, que si analizamos detenidamente tienen sentido, pero quizás solo con una visualización cuesta entender algunos aspectos del guion. De todas formas, es una visualización interesante y estéticamente atráctiva