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España España · Zaragoza
Voto de ernst:
6
Drama Empujado por su espíritu todavía idealista, Alfredo decide crear "un arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente se sienta viva". Su concepto del teatro va más allá del escenario, se traslada a la calle, cara a cara con el público esperando que éste se implique, provocándolo si es necesario. Sus actuaciones cargadas de denuncia social, sin límites ni censuras, llevan a poner en alerta a las fuerzas del orden público... (FILMAFFINITY) [+]
18 de septiembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Mañas me parece interesante (y así la he puntuado), aunque más desde una perspectiva formal que por su contenido. Creo que el compatibilizar la historia con la opinión de los protagonistas muchos años después es sin duda el mayor acierto de la película. Luego, no cabe duda de que es impactante y no puede decirse que no se moje. Obviamente no todas las escuelas de teatro famosas practican el psicodrama, tal y como se plantea en "Noviembre", pero siendo que todavía hay algunas que lo hacen, no me parece mal que se critique.
Cosa distinta es la visión del arte que se da en la película. He leído en alguna crítica que se trata de un grupo que hace teatro por amor al arte. Si queremos decir que no cobran por ello, pues vale (aunque no queda claro de qué viven la mayoría). Pero desde luego no se trata del "arte por el arte", ya que se empeñan en darle una finalidad social a lo que hacen. Y ello no convierte al arte sino en otro medio para lograr algo, siendo que, en mi opinión, la verdadera opción es si el arte es un medio o un fin en sí mismo. La comercialidad no puede ser la medida porque entonces Miguel Ángel no habría sido un verdadero artista por cobrar (y mucho) de los papas. O Picasso, que ganó mucho dinero con su arte, sería un artista menos válido que Van Gogh o Modigliani que murieron sin vender un colín.
Curioso por otra parte el guiño del título a la revolución de octubre cuando, si hubo un lugar donde el arte perdió toda libertad y se tildó de "burocrático" (tal y como denuncia Alfredo al final) fue en la extinta Unión Soviética.
Por otro lado, ya estamos con esa concepción estúpida de ciertas manifestaciones artísticas como "elitistas". Ahora resulta que a las operas del Teatro Real sólo va la gente de dinero. No puede haber aficionados a la ópera o al teatro o a la danza de clase media. Que también pagan impuestos, por cierto.
Me parece un error morrocotudo el discurso final de Alfredo. No sólo porque tacha al arte que se hace de funcionarial cuando lo que él propone no es ni más ni menos que un arte finalista destinado a que la gente sea mejor, sino porque entonces, qué pasa, la música de Gluck o de Mozart no puede elevar el espíritu... ¿sólo el arte denuncia puede hacerlo? Me parece tan pueril que si yo hubiera stado allí también le habría pitado (pese a que Mañas lo hace supongo para denunciar la atitud poco comprensiva de ese público tan elitista).
"El arte es un arma de futuro" es una frase hermosa pero me temo que bastante vacía, como el discurso que se trata de vender en la película.
Con todo creo que es una película que puede suscitar debate y eso siempre es positivo.
ernst
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