Que esta película tenga 349 críticas para poco más de 27500 votos (en el momento de escribir esta crítica, que será la 350) dice mucho de por dónde van los tiros... Es exactamente el mismo número de críticas que Pulp Fiction, pero con una cuarta parte de votaciones. Y el doble de críticas que El Padrino II, pero con solo una tercera parte de votos.

Y es que esta película es de esas que no dejan indiferente: o te encanta, o no te gusta. Tengo amigos con gustos cinéfilos similares a los míos a los que nos les impresionó nada en absoluto, y en cambio a mí me ha encantado.

A decir verdad, buscaba una historia de amor para ver con mi pareja, ya que ella prefiere este tipo de cine, que dicho sea de paso no está entre mis preferidos... Y el hecho de que la pareja de protagonistas fuera Leo-Kate jugó un papel fundamental en la elección. Pero para mi sorpresa, casi todo en esta película me ha parecido enorme. Empezando por la gran recreación del ambiente de la época, siguiendo por la inmensa interpretación de los dos protagonistas así como de Michael Shannon (no entiendo cómo no hubo Oscar para ninguno de ellos, de verdad que es de lo mejor que he visto en mucho tiempo en cuanto a interpretación). Y lo más importante de todo, el trasfondo.

Porque esta es una de esas películas con mensaje, para hacerte pensar y plantearte muchas cosas de tu vida cotidiana, de tus miedos, sueños, y rutinas aceptadas como de obligado cumplimiento sin entender muy bien por qué. Y creo sinceramente que solamente cuando te identificas con los personajes, y entiendes y sientes las frustaciones que padecen, es de verdad cuando saboreas lo que Mendes intenta transmitirnos.

Y ahí lanzo una reflexión: ¿Es valiente el que lo da todo por perseguir un sueño, cueste lo que cueste? ¿O lo es el que es capaz de aceptar sus responsabilidades, aunque ello conlleve renunciar a sus sueños? Reconozco que en el transcurso de la película yo he cambiado varias veces de forma de pensar al respecto, dando la razón a uno u otro protagonista según se desarrollaban los acontecimientos y las conversaciones entre ellos...

Solamente por esto, por ese trasfondo que te deja planteándote absolutamente todo, le daría un 8. Pero los enormes duelos interpretativos que veremos varias veces durante el filme entre DiCaprio y Winslet, así como entre DiCaprio y Shannon en la escena de la comida (enorme de verdad este último personaje, el más loco pero el único realista y sincero de todo esta historia), elevan mi puntación a un 9. (Ya hacía mucho tiempo que no le daba un 9 a una película!)

Y eso no está nada mal, para ser una película de amor para ver en pareja...