Admiro a Georges Méliès. Explicaré por qué:
Tras la negativa de Los Lumiere de venderle un proyector cinematográfico, decidió construir el suyo propio, y al año siguiente, 1896, ya lo tenía en funcionamiento. Mientras que las cintas de Los Lumiere reflejan acontecimientos cotidianos como 'El desayuno del bebé' o en 'Salida de la fábrica Lumière', Méliès se atreve a hacer con 'Le manoir du diable' la primera película de terror de la historia, en la que utiliza por primera vez, y a lo largo de todo el film, el truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara.
Además de ilusionista y director y productor de cine y teatro, Méliès también era fabricante de juguetes. Se ve que le gustaba entretener a la gente, y, viendo la calidad de sus cortometrajes, estoy seguro de que lo consiguió. Sólo hace falta ver 'Viaje a la luna' e imaginarse que pensarían nuestros bisabuelos o tatarabuelos al verla en aquella época.