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Voto de GonzaloyGracias:
8
Drama En un pequeño pueblo de la Inglaterra de 1959, una joven mujer decide, en contra de la educada pero implacable oposición vecinal, abrir la primera librería que haya habido nunca en esa zona. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2017
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La librería de Isabel Coixet, inauguró la Semana Internacional de Cine de Valladolid de 2017. Fue una experiencia que calificaría de maravillosa. Salí encantado del cine, y me correspondió defender la película ante otras opiniones, respetables pero alejadas de mi percepción. Coincidía -además- que la directora defendía en esos días su derecho y su libertad de expresión contra los beocios de la tribu que querían lincharla por sus ideas… Pero esa es otra historia. La librería nos cuenta la epopeya cotidiana de una mujer, viuda de guerra, que quiere montar una librería en un pequeño pueblo de Inglaterra. La primera en ese lugar y en la que pondrá todo su empeño y, además, todo su dinero. La iniciativa, aparentemente inocua, tendrá en frente la oposición de una parte del pueblo y de lo que podríamos llamar las fuerzas vivas, de los caciques de la localidad. El hecho de que sea una mujer, independiente económica e intelectualmente, es un factor importante en la oposición que encuentra, pero también la moralina contra algunos de los libros que promociona y vende, sean Las crónicas marcianas de Bradbury o Lolita de Nabokov.
Pero lo que hace que esta historia, bella y trágica en su origen (sobre una novela de Penelope Fitzgerald) alcance altas cotas de emoción y sublimidad, está en la puesta de escena de Isabel Coixet, que recrea con sutileza un mundo ya desaparecido (la Inglaterra de 1959), no tanto como pudiera ser, sino como nos ha llegado a través de la literatura y del cine inglés de la posguerra: de Breve encuentro de David Lean, por citar un ejemplo.
Una puesta de escena cuidada al detalle que no es un mero atrezzo, sino una representación del amor a los libros como objetos, a las viejas casas, al paisaje, y al hecho mismo de leer y compartir opiniones sobre los libros y las lecturas. Hubiera sido imposible esta hazaña fílmica sin una gran dirección y sin actrices y actores como Emily Mortimer o Bill Nighy, que mantienen diálogos milimetrados sobre sus gustos literarios o sobre la vida, con pleno acierto en su gestualidad.
Una película bella, trágica, sobre personas que defiende la dignidad humana y la calidad de la literatura contra los prejuicios y las maledicencias de la sociedad del momento, formalista e hipócrita. Lo dicho: un gustazo.
GonzaloyGracias
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