O sea, esto empieza, y te cuentan que si esto no es verdad es como tenía que haber pasado, y sale Paul Newman y entra en un bar... y todo está en tonos crema, porque es una peli de los 70, y se lía a tiros, y entonces se queda con el bar y se autodenomina juez, y todo esto te lo cuenta una voz en off, y luego crece el pueblo alrededor, y luego sale un oso, y una mujer... Qué movida de peli.

Y si aguantas los primeros minutos, le vas cogiendo el tranquillo, y entonces empiezas a ver las pautas con las que casi parece que los guionistas se encontraron, en lugar de crearlas. Porque esta peli no parece una peli; parece una obra de teatro improvisada, o una historia real que resulta que estás viendo, o un sueño. Y, como en la vida real, le coges cariño al juez aunque esté tarumba, y le coges cariño a la Srta. Lily, y a los alguaciles, aunque sabes que todo es bastante turbio.

Luego, cuando el juez va a la ciudad, ves que no es ningún héroe, sino un hombre profundamente real, inmensamente ingenuo y orgulloso como un niño. Y por eso, le quieres más. Y te compadeces cuando lo echan, y saltas en el sofá cuando vuelve ("Quién es usted?" respuesta en el spoiler), y te apasionas con la escena final, y de repente... ¿Qué me ha pasado? Estoy aquí con el corazón en la boca, con esta película que no iba de nada, con estos personajes caricaturescos, con este argumento alocado, con estas situaciones inverosímiles... Y estoy tan inmerso como si todo fuera real.

No es real, no es realista, ni siquiera es muy seria. Pero te atrapa como un sueño, y es genial. Cuando te quieres dar cuenta eres uno más de los seguidores del Juez.

Tal vez no aguantes, pero si lo haces te encantará.