Como comenzó este éxito inglés, bueno allá por 2011 cuando el creador y director Ronan Bennett
Contacto a su amigo Gerry
Jackson, una figura respetada en la comunidad, quien lo puso en contacto con varios jóvenes que comenzaron a contarle sus historias, cuanto más escuchaba, más le interesaba las vidas que llevaban, se hablo de las drogas, de la policía, de la cárcel y de la mecánica del tráfico , pero también sobre sus hogares y sus familias, sobre la escuela y la universidad, sobre deportes , música y televisión, la mayoría eran negros del barrio Hackney un municipio del
noreste de Londres.
Con toda esa información y muy pocos recursos creo Top boy cuyos residentes viven en Summerhouse’, el barrio ficticio del guión. La serie es mucho más que una historia de crimen y trata sobre los lazos familiares en el seno de una sociedad corrompida por la pobreza y el consumo de drogas, donde cada centimetro de vereda cuenta su historia. El creador presenta sus 4 capítulos en la BBC donde es rechazado, entonces recurre a canal 4 donde fue aceptado pero con la condición de transmitir los capítulos en 4 noches seguidas. El éxito fue contundente con picos enormes de audiencia. El éxito abrío las puertas para la segunda temporada también de 4 episodios con el mismo resultado exitoso. Seis años después podemos disfrutar de una tercer temporada y con una calidad enorme.

La ficticia barriada ‘Summerhouse en Londres es el escenario de la vida de varios personajes, historias que se van cruzando, chicos dedicados a la venta de droga en las esquinas, conflictos familiares y dos jóvenes jamaiquinos, Dushane y Sully quienes desde muy jóvenes formaron una amistad, hoy la vida les deparó lo que sembraron durante su juventud, la distribución de drogas, pero para ello tendrán que lidiar con quienes les proveen las drogas y quienes se las roban y usarán a cualquier persona incluidos los menores escolares a quienes asedia la pobreza y la marginalidad. Seis años después vuelve la serie con sus personajes ya crecidos, especialmente los niños que sobrevivieron y ahora son parte de la distribución de la droga y que por supuesto tendrán que lidiar con otro problema, la mayoría de edad y el asedio policial.