Top Boy (Serie de TV)

Oigo que alguien en la radio la compara con The Wire, no me lo creo pero me decido a verla por si acaso. Grata sorpresa. No es The Wire, eso son palabras mayores, pero en algunos aspectos se le parece. Top Boy nos habla de un barrio marginal, droga, personajes complejos que sobreviven como pueden, violencia, drama familiar. Pero en toda la primera temporada, no aparece un solo policía. Salen camellos, mafiosos de diferente índole, madres, hijos, hermanos, primos, pero ni un solo policía. Esto, y que la serie es inglesa, le da un carácter propio que se agradece.

Top Boy avanza despacio, no teme dedicar tiempo a explicar como son los múltiples personajes que la protagonizan. No tiene un trama muy definida. Sigue a los personajes, te muestra sus sueños, sus ambiciones, sus miedos, sus motivos. Consigue que empatices con ellos a pesar de la violencia que algunos llevan dentro. Probablemente no será una serie de grandes audiencias, pero a mi me tiene atrapado desde el segundo capítulo (Pocas series buenas me atrapan en el primero). Dadle una oportunidad.

Un compañero de trabajo me recomendó esta serie con la osadía de compararla con The Wire. Entré en FilmAffinity y me encontré una buena nota, pero con menos de 400 votos y tan solo una crítica. Obviamente no podía tener tan altas expectativas siendo una serie de perfil tan bajo pero aun así la empecé con interés después de mucho tiempo sin que ninguna serie me llene demasiado (a excepción de Mindhunter) y si decepcionado (Game of Thrones y Black Mirror).

La serie gira entorno a varios personajes que viven en Summerhouse, en el distrito de Hackney del este de Londres. Así nos encontramos con Dushane y Sully, líderes del narcotráfico en el barrio, o Ra'Nell y Gem, dos niños con circunstancias difíciles que empiezan a atraerse en este mundillo.

Quizás no llegue al nivel superlativo de la obra maestra de David Simon, pero en su defensa diré que hay muchos menos capítulos que centra en la vida del barrio y sus protagonistas, sin que otros temas más sociológicos aparezcan más que como marco circunstancial.

El nivel de producción, dirección, actores es más de cine que de televisión, algo a lo que ya estamos acostumbrados últimamente con muchas otras series. Sin embargo mi preocupación después de una primera y segunda temporadas tan satisfactorias era que la tercera, producida por Netflix en vez de Channel 4 y estrenada 6 años después de la segunda fuera un fracaso, dado que además el formato cambiaba de 4 capítulos a 10 por temporada. Por fortuna no es así, y si bien sigo pensando que la primera temporada es la más redonda creo que la tercera añade nuevos elementos muy interesantes y está al nivel o quizás por encima de la segunda. Ya estoy pensando en cuando en unos meses vaya a hacer un revisionado de toda la serie.

Supongo que no con Channel 4 la serie nunca llegó a España y ello explique la poca popularidad. Si aun no la has visto estás de suerte, has encontrado una pequeña joya.

Top Boy

“Top Boy” es una serie de 18 episodios repartidos en tres temporadas. Fue creada y escrita por el británico Ronan Bennet en el 2011 para la televisión de su país y ahora, una década después, Netflix la incorpora a su extenso catálogo de producciones.
“Top Boy”, filmada en un barrio de nombre ficticio llamado Summerhouse y situado en el extrarradio de Londres, es, sin paliativos, absolutamente genial. En ese conflictiva Torre de Babel, un suburbio marginado tan peligroso como inseguro, habitado por todo tipo de inmigrantes -chinos, árabes, caribeños y un largo etc.) la pobreza y el delito -siempre inevitablemente relacionados- se dan la mano en estrecha convivencia.
Dushane -al que da vida Ashley Anthony Walters- y Sully -interpretado por Kane Brett Robinson-, ambos famosos raperos, músicos y conocidos como “Asher D” el primero y como “Kano” el segundo, se convierten aquí en dos jóvenes de ascendencia jamaicana que tratan de controlar la distribución de las drogas en el corazón de este deprimido gueto.
No espere el espectador encontrar en la serie la más mínima concesión. Porque “Top Boy” es un relato sórdido, brutal, tan hiriente como repulsivo. Bennet se encarga de liberarlo de todo artificio que pudiera distorsionar la realidad tal y como es para mostrar tan sólo el espinazo en toda su descarnada crudeza
Y tal vez por eso, por su feroz realismo, nos asalta la incómoda sensación de estar atrapados en el centro mismo de la trama. Todo resulta auténtico, increíblemente verosímil y evidencia que Londres, como cualquier otra ciudad del mundo “civilizado”, no solo es el parque temático que deslumbra al visitante en su recorrido turístico, sino también las innumerables zonas hostiles que inquietan y amenazan la tranquila vida de las clases privilegiadas.
No hay rastro de gloria, dignidad y moral que suavice o justifique el comportamiento de estas mafias a pequeña escala, como ocurre en otras realizaciones. No existe una inextricable organización diseñada por la sagacidad de una astuta inteligencia. Todo es cutre e improvisado. Estos pobres diablos actúan más por instinto de supervivencia que por la lógica de la razón.
Y de paso contaminan el barrio para hacerlo invivible. Pues las personas, honradas en su mayoría, se ven obligadas, no solo a evitar verse involucradas en sus disputas y enfrentamientos, sino también a impedir -muchas veces sin éxito- que sus propios hijos sean reclutados por estas bandas criminales.
Bienvenidos pues, mis improbables lectores, a este saludable baño de realidad que no es sino la imagen que nos devuelve un espejo incapaz de maquillarla.

Emilio Castelló Barreneche

Como comenzó este éxito inglés, bueno allá por 2011 cuando el creador y director Ronan Bennett
Contacto a su amigo Gerry
Jackson, una figura respetada en la comunidad, quien lo puso en contacto con varios jóvenes que comenzaron a contarle sus historias, cuanto más escuchaba, más le interesaba las vidas que llevaban, se hablo de las drogas, de la policía, de la cárcel y de la mecánica del tráfico , pero también sobre sus hogares y sus familias, sobre la escuela y la universidad, sobre deportes , música y televisión, la mayoría eran negros del barrio Hackney un municipio del
noreste de Londres.
Con toda esa información y muy pocos recursos creo Top boy cuyos residentes viven en Summerhouse’, el barrio ficticio del guión. La serie es mucho más que una historia de crimen y trata sobre los lazos familiares en el seno de una sociedad corrompida por la pobreza y el consumo de drogas, donde cada centimetro de vereda cuenta su historia. El creador presenta sus 4 capítulos en la BBC donde es rechazado, entonces recurre a canal 4 donde fue aceptado pero con la condición de transmitir los capítulos en 4 noches seguidas. El éxito fue contundente con picos enormes de audiencia. El éxito abrío las puertas para la segunda temporada también de 4 episodios con el mismo resultado exitoso. Seis años después podemos disfrutar de una tercer temporada y con una calidad enorme.

La ficticia barriada ‘Summerhouse en Londres es el escenario de la vida de varios personajes, historias que se van cruzando, chicos dedicados a la venta de droga en las esquinas, conflictos familiares y dos jóvenes jamaiquinos, Dushane y Sully quienes desde muy jóvenes formaron una amistad, hoy la vida les deparó lo que sembraron durante su juventud, la distribución de drogas, pero para ello tendrán que lidiar con quienes les proveen las drogas y quienes se las roban y usarán a cualquier persona incluidos los menores escolares a quienes asedia la pobreza y la marginalidad. Seis años después vuelve la serie con sus personajes ya crecidos, especialmente los niños que sobrevivieron y ahora son parte de la distribución de la droga y que por supuesto tendrán que lidiar con otro problema, la mayoría de edad y el asedio policial.

Serie similar en algunos cosas a The Wire, ya que también está centrada en el tráfico de drogas en los bajos fondos en este caso de Londres.
Lógicamente no es tan completa y compleja como la serie estadounidense, aquí la policía casi no tiene relevancia y no se tocan temas como la educación, el periodismo, etc.
A pesar de eso es una serie poco conocida en España, pero muy interesante y amena de ver.
Personalmente me gusto sobre todo la temporada 3, las dos primeras están muy bien también pero con solo 4 capítulos se hacen demasiado cortas.
Todo aquel al que le gusten este tipo de series (drogas, crimen, bandas) tiene que verla, seguro que le gusta.