Es casi imposible que una película que dure dos horas y media mantenga la atención del espectador minuto a minuto y, lamentablemente, "El buen pastor" no es una excepción. Lástima, porque nos encontramos ante una notable película que ganaría puntos si hubieran dejado unas cuantas escenas en la sala de montaje.

También es verdad que condensar 30 años de la historia americana en un par de horas es muy complicado si no se quiere dejar ningún cabo suelto, y es probablemente lo que haya querido hacer desde un principio Robert De Niro, un acercamiento realista a la historia de la CIA, lejos de la acción y explosiones a raudales a la que nos tienen acostumbrados. Con ésto no quiero decir que todas las pelis de acción sean malas, sino que está bien ver las cosas desde otra perspectiva de vez en cuando. Y es que mucho me temo que la vida del espía es como la que se muestra en ésta película: fría y aburrida. Como un funcionario más, pero con un poder de toma de decisiones que puede afectar al mundo entero.

La dirección de De Niro es impecable, detallista, con una fotografía, vestuario y banda sonora notables.
Matt Damon se hace dueño y señor de toda la película, ya que es el que más sale en pantalla. Está impoluto, con un aspecto distante, frío y rígido. Aunque no sea muy hablador ni muy expresivo sabemos lo que siente con una mirada o un simple gesto.
Angelina Jolie representa al prototipo de mujer de la época, la que tenía que quedarse en casa fingiendo ser la esposa perfecta cuando no lo era. Una mujer desesperada en toda regla. Personalmente me hubiera gustado verla más en pantalla pero es normal que esté relegada a un segundo plano. Eso sí, cada minuto lo disfruté porque está espléndida.

Y no me puedo olvidar del resto del reparto, aunque muchos aportan pequeñas apariciones derrochan talento. Desde John Turturro, Billy Crudup y la encantadora Tammy Blanchard hasta Timothy Hutton y Joe Pesci, que sólo aparecen en una escena cada uno. Pero vaya escenas...

Ésas escenas y otras más son las que llevan a "El buen pastor" a un nivel superior, ensombrecido en parte por su extensa duración y espesa trama, que te obliga verla con unas dosis de paciencia y tranquilidad. Pero merece la pena el esfuerzo.