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Voto de Ford Farleine:
7
Drama A un instituto lleno de alumnos problemáticos y con unos resultados académicos muy bajos, llega Henry Bathes, un profesor sustituto que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere ignorar su talento. Al trabajar sólo sustituciones, nunca permanece bastante tiempo en un instituto como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a este instituto donde una frustrada ... [+]
2 de julio de 2013
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Poco nuevo se puede decir de esta más que recomendable película sobre la educación, sus problemas y sus posibles soluciones. Se han hecho muchísimos films de esta temática, desde las idealistas como "La sonrisa de Mona Lisa" o las deprimentes como "Mentes peligrosas" pasando por las buenas "El club de los poetas muertos" o las fascistoides como "El sustituto". Esta se puede decir que es la más realista que yo he visto o al menos que recuerdo (junto con "El profesor Lazhar") ya que no hay profesores “molones” que hagan que sus díscolos alumnos aprecien la importancia de la educación y valoren las enseñanzas que adquieren en la educación secundaria; tampoco hay profesores que se enfrenten a los zánganos de los alumnos macarras con sus mismas armas, inflándolos de yoyas. No. Esto es otra cosa.
Aquí analiza Tony Kaye el estado de la educación observando todos sus componentes: alumnado, profesores, padres, administración… Los alumnos con esa actitud prepotente y arrogante que tienen ante la vida, como si ya lo supieran todo y no necesitaran de la guía de los mayores que quieren (o suelen querer) lo mejor para ellos. Los profesores, por su parte, sienten que su trabajo, que tiene mucho de vocacional, es como pregonar en el desierto y, poco a poco, van perdiendo el interés y se van volviendo cada vez más asépticos, intentando que los problemas los afecten lo menos posible, haciendo que su objetivo sea ya, sobre todo, mantener la cordura y sobrevivir. Los padres están muy poco preocupados por la educación de sus hijos, lo único que les interesa es tenerlos aparcados y han objetado de la causa dejando esa tarea en los profesores. Pero los profesores no deben educar a la juventud, sino que lo que tienen que hacer es enseñarles, prepararles para un futuro que importa cada vez menos a estos jóvenes. Por último, la administración sólo se preocupa por las cifras, sin tener en cuentas los dramas humanos de los alumnos, el trabajo de los profesores y los esfuerzos de éstos. Sólo son estadistas y administradores que tratan a los seres humanos como meras cifras. Así se explica que, cada vez, haya un distanciamiento mayor de todos los implicados con el problema de la educación y que el desapego que la administración tiene con respecto a ella se traslade a un desapego de los profesores con respecto a su profesión y la actitud belicosa de muchos padres hacia la institución educativa se traduce en animadversión cuando no odio de los alumnos hacia la Enseñanza.
Para ello, Tony Kaye se vale de un estilo un poco recargado en el que se mezclan elementos propios del documental (son muy interesantes las opiniones que se van vertiendo sobre los profesores al principio de la cinta y las opiniones del protagonista) con metáforas visuales interesantes (los dibujos de tiza, el instituto vacío al final) que pueden hacer pecar de pretencioso al film. También junto con este argumento principal, aparece la problemática que rodea al personaje principal, que es, mira tú por dónde, lo menos interesante de la película.
En definitiva, una buena película con un trabajo actoral digno de mención por parte de todo el reparto en el que hay que destacar a un impresionante Adrien Brody al que ya creía perdido para la causa tras sus últimos disparates de "Manolete", "Giallo" o "Predators".
Ford Farleine
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